Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos, SIMCI, cumple 10 años

Bogotá. 4 de diciembre de 2009. A lo largo de una década, las áreas afectadas por cultivos ilícitos en Colombia son las mismas pero su panorama ha tenido grandes transformaciones: las hectáreas sembradas se han reducido, el entorno del campesino cultivador ha cambiado y atrás quedaron los míticos pueblos paraísos cocaleros. Hoy un cultivador de coca promedio no percibe más de USD$1 dólar por día y su calidad de vida no ha mejorado.

El Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos, SIMCI, de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, que hoy cumple 10 años de existencia, se ha constituido en el referente oficial de Gobierno, instituciones, academia y opinión pública nacional e internacional sobre los cultivos ilícitos en Colombia, su censo y panorama de la problemática.

SIMCI está enmarcado en el Programa Mundial de Monitoreo de Cultivos Ilícitos establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas, para determinar la extensión de los cultivos de coca en el territorio nacional mediante tecnología satelital, apoyo de aerofotografías y verificación en campo; medidas que se complementan con otros análisis -tales como la estimación de la productividad de la hoja de coca- para conformar una perspectiva integral que ayuda a trazar las políticas contra la oferta de drogas ilícitas y la posición del Gobierno frente a la producción.

Justamente la evolución más reciente de SIMCI es su salto a un análisis más comprensivo de la región cocalera colombiana, más allá de las mediciones de las matas existentes. Las cifras de SIMCI son base para el Informe Mundial Anual de Drogas, de Naciones Unidas (World Drug Report), y para el de la OEA, pero también constituyen datos fundamentales para entender la dinámica de los cultivos ilícitos. Sus hallazgos son evidencias científicas juiciosamente sustentadas, medidas con base en observaciones reales, con un seguimiento detallado, minucioso, rastreable y transparente.

Con un equipo interdisciplinario conformado por profesionales en Ingeniería Catastral y Forestal, Estadística, Antropología y Economía, entre otros, los estudios de SIMCI han permitido actualizar la serie histórica de producción de ilícitos y detectar la evolución del fenómeno en el país; no sólo de las drogas sino de toda la problemática asociada.

De acuerdo con Leonardo Correa, director de SIMCI, "ahora no sólo medimos dónde y cuánta coca hay; también observamos cómo es el entorno en la región cocalera y cómo está interactuando con otros fenómenos de preocupación global, como el terrorismo y el daño medioambiental". Esto mantiene a SIMCI como un proyecto de alcance global, con una estrecha relación con el Gobierno, generando información científica, objetiva e independiente, con comités técnicos interinstitucionales en los que se discuten las metodologías, mas no los resultados.

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