"El empoderamiento a través de la educación y el trabajo decente representa el catalizador más poderoso para la igualdad de género": Directora Ejecutiva UNODC, Ghada Fathi Waly

 

Viena, 25 de noviembre de 2020 (Naciones Unidas). Vivir libre de violencia es un derecho humano básico que se niega a millones de mujeres y niñas en todo el mundo.

Una de cada tres mujeres experimenta diferentes formas de violencia a lo largo de su vida, a menudo en su propio hogar. La mayoría de las mujeres víctimas de homicidio muere a manos de sus parejas íntimas u otros miembros de la familia.

Cuando las mujeres logran escapar de la violencia, con demasiada frecuencia encuentran el camino hacia la justicia bloqueado por el estigma y la revictimización, lo que aumenta las brechas legislativas y las respuestas inadecuadas de la justicia penal. Como resultado, es menos probable que los delitos que involucran violencia contra la mujer sean denunciados y terminen en condena.

La crisis del COVID-19 está empeorando la situación. En muchos países, el confinamiento ha aumentado los riesgos de violencia, mientras que se ha reducido el acceso de las mujeres a los servicios esenciales de protección y justicia.

El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer de este año es una oportunidad para centrarse en soluciones que aborden las causas fundamentales, mejore las respuestas de la justicia y acabe con la impunidad.

El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, ha pedido un "alto el fuego" mundial contra la violencia doméstica y unos 150 países han prometido su apoyo. La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) respalda el llamado del Secretario General. Nos hemos unido a nuestros aliados estratégicos para promover cuatro pilares de acción claves: financiación de servicios esenciales, prevención, mejora de la acción policial y judicial y recopilación de datos.

En los últimos 10 años, UNODC ha apoyado a 44 países de Asia, África y América Latina en el fortalecimiento de las respuestas de prevención del delito y justicia penal orientadas en el abordaje de la violencia de género contra las mujeres. Nuestra Oficina está ayudando a redactar planes de acción nacionales, fortaleciendo los sistemas de referencia, apoyando a médicos forenses y clínicas especializadas, y capacitando a fiscales, policías y operadores de las líneas de emergencia.

 Al trabajar con socios estratégicos, brindamos asistencia técnica centrada en las víctimas a través de programas globales y en los territorios, incluida la Iniciativa Spotlight de la ONU y la UE en Kirguistán y México, y el Programa Global Conjunto de las Naciones Unidas sobre Servicios Esenciales para Mujeres y Niñas Sujetas a Violencia, en Egipto , Guatemala, Pakistán, Túnez y Vietnam.

Desde el comienzo de la crisis por COVID-19, UNODC ha proporcionado el apoyo necesario para mantener en funcionamiento los servicios esenciales para las mujeres y niñas víctimas de violencia durante la pandemia.

Además, UNODC está llevando a cabo investigaciones sobre el feminicidio, incluso a través del emblemático Estudio Mundial sobre Homicidios. Nuestra Oficina está evaluando el impacto del COVID-19 en la violencia de género y sus efectos en las respuestas del sistema de justicia penal para ayudar a desarrollar soluciones específicas.

Para proteger los derechos de las mujeres, las estrategias de recuperación por el COVID, tanto a nivel nacional como internacional, deben prevenir y responder de manera más eficaz a la violencia de género y fortalecer el Estado de derecho.

El empoderamiento a través de la educación y el trabajo decente representa el catalizador más poderoso para la igualdad de género, y las políticas y programas para recuperarse mejor deben invertir en mujeres y niñas para que sean sus propias agentes para el cambio sostenible.

En este Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, volvamos a comprometernos con la seguridad y la justicia para las mujeres y así promover sociedades inclusivas y justas.