Este módulo es un recurso para los catedráticos  

 

Prevención de la ciberdelincuencia interpersonal

 

Las estrategias de prevención centradas en las víctimas se han propuesto para lidiar con los ciberdelitos interpersonales. La teoría de las actividades rutinarias (TAR) de Lawrence Cohen y Mark Felson (1979) sostiene que los delitos ocurren cuando dos elementos están presentes: un delincuente motivado y una víctima adecuada, y cuando un elemento está ausente: un guardián eficaz (es decir, algo o alguien que pueda frustrar los intentos del delincuente de cometer el delito). 

Según la TAR, para prevenir un delito, al menos alguno de los elementos centrales (la ausencia de un guardián eficaz, un delincuente motivado o una víctima adecuada) necesita modificarse. Por ello, para hacer que el delito sea menos atractivo para los delincuentes, se proponen guardianes eficaces (por ejemplo, los padres, hermanos o hermanas, las amistades, las parejas u otros) o las soluciones de seguridad (por ejemplo, la configuración de seguridad, el control parental, los filtros o bloqueos de software, entre otros). La teoría sostiene que las medidas de autoprotección pueden servir como guardianes eficaces y frustrar los intentos de los delincuentes de acercarse, contactar o atacar de cualquier otra manera a la víctima.

Las estrategias de prevención centradas en las víctimas les permiten tomar acciones inmediatas para prevenir el ciberdelito interpersonal (al menos a aquellas que tienen el conocimiento, habilidades y la capacidad para hacerlo) o por lo menos frustrar los intentos del delincuente de cometer estos ciberdelitos. La crítica principal a estos enfoques es que ponen la responsabilidad de la prevención de los ciberdelitos interpersonales sobre la víctima en lugar de ponerla sobre las instituciones que se supone deben protegerlas del daño (Maras, 2016; Henry, Flynn y Powell, 2018). 

Una de las barreras más importantes para prevenir la violencia y el abuso concierne a las actitudes, creencias y valores. Desafortunadamente, muchas personas aún culpan a las víctimas de los ciberdelitos interpersonales y minimizan el daño asociado. Por ejemplo, una investigación australiana realizada en el 2017 sobre el abuso sexual basado en imágenes encontró que el 70 % de los encuestados estuvieron de acuerdo en que, en primer lugar, las personas no deberían tomarse selfis desnudos, incluso si no se las envían a nadie. Asimismo, el 62 % coincidió en que si una persona envía una imagen desnuda o sexual a otra persona, es responsable en parte si la imagen termina en línea (Henry, Powell y Flynn, 2017). En general, en el estudio realizado por Henry, Powell y Flynn (2017), 1 de cada 2 hombres (o el 50 %) y 1 de cada 3 mujeres (o el 30 %) minimizaban los daños o culpaban a las víctimas.  Tomar la actitud de culpar las víctimas no es solo problemática entre los agresores o potenciales agresores, sino también cuando los afectados por el abuso sexual basado en imágenes se culpan a ellos mismos, ya que es menos probable que denuncien o busquen ayuda (Powell, Henry y Flynn, 2018). Cuando miembros de la comunidad actúan de esta manera, pueden causar más daño a la persona que revela su victimización.

En diversos países, los ciberdelitos interpersonales que involucran a niños y niñas se abordan con controles parentales e iniciativas de educación. Los estudios han demostrado que la supervisión parental del acceso y uso de Internet por parte de los niños y niñas y la cantidad de tiempo que pasan en línea los protege del acoso cibernético (Vakhitova y Reynald, 2014). No obstante, es posible que los padres no puedan supervisar las actividades en línea de sus hijos o no puedan implementar las soluciones tecnológicas necesarias sin la ayuda de otros (por ejemplo, escuelas, gobiernos, servicios de protección infantil y parientes) (UNODC, 2015). Las iniciativas de educación les enseñan a los niños, niñas y padres sobre el uso seguro de Internet y sobre el acoso cibernético. El acoso cibernético involucra a los acosadores, a las víctimas y a los testigos, por ello las medidas de prevención deben incluir a todos estos actores. En vista de ello, las organizaciones sin fines de lucro alrededor del mundo han desarrollado y publicado proyectos de seguridad en Internet para los niños y niñas, en general, y para el acoso cibernético, en particular, tales como:

  • Childnet International, una organización sin fines de lucro situada en Reino Unido que creó una película titulada " Let's Fight it Together ". La película muestra que el acoso cibernético impacta de manera negativa a todos aquellos involucrados con la esperanza de sensibilizar a los niños y niñas sobre el daño que causa el acoso cibernético.
  • " Ditch the Label " es una organización sin fines de lucro (ubicada en Estados Unidos, Reino Unido y México) que brinda consejos y apoyo para aquellos que han sido acosados y ciberacosados. Asimismo, considera tanto el acoso como el acoso cibernético como conductas que pueden cambiar por medio de la concienciación, educación y copia de estrategias para las víctimas y los testigos y estrategias de solución de conflictos para quienes cometen acoso y acoso cibernético.
 

¿Sabías que...?

La iniciativa de la UNODC denominada Educación para la Justicia (E4J, por sus siglas en inglés) en el nivel deeducación primaria(niños y niñas de 6 a 12 años) se centra en promover y enseñar valores como la aceptación, equidad, integridad y respeto. Además de la enseñanza de valores, los materiales educativos de la E4J contribuyen a desarrollar habilidades básicas necesarias para responder de manera resiliente al delito y a la violencia, así como también a identificar y resolver dilemas éticos o morales simples. Los ejemplos de materiales y recursos educativos incluyen juegos, videos y herramientas de clase para profesores.

¿Quieres saber más?

Para más información, consulte el website de E4J.

 

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