22 de septiembre de 2020 - En el mes de septiembre se enmarca el día Internacional de la Paz. Esta conmemoración, nos invita a reflexionar sobre nuestras acciones para construir un mundo en paz. Aquellos actos que hacemos en la esfera pública, y en nuestro espacio privado y familiar, para contribuir a cimentar cada día un mundo más pacífico.
Los integrantes de organismos internacionales estamos obligados a contemplar y entender nuestra responsabilidad para contribuir a que todas las personas gocen de su Derecho a la Paz ¿Cómo lograrlo? Desde nuestra visión, el desarrollo social, la erradicación de las violencias y el acceso igualitario a la justicia son condiciones necesarias.
Hemos debatido esto por décadas. En 2015 todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas aprobaron la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Con este plan de acción buscamos alcanzar los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Constituyen un llamamiento universal para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y mejorar las vidas de las personas en todo el mundo, pero solo podrán alcanzarse cuando no haya conflictos armados, inestabilidad social o desigualdades.
Alcanzar la paz y el desarrollo es tarea de los gobiernos, también lo es de la sociedad civil, empresas, medios de comunicación, escuelas, organismos internacionales, - de las comunidades en su conjunto. La cooperación entre todos es vital para construir colectividades en paz y generar interacciones no violentas.
En México, se ha comprendido así. El mes pasado suscribimos el Marco de Cooperacion de la ONU con el Gobierno de México, el cual será nuestra brújula para plantear soluciones que contribuyan a la consolidación de un país en el que impere la justicia y el estado de derecho. Consideramos que la paz es el hilo conductor del desarrollo sostenible.
En la UNODC nos esforzamos por generar estrategias para prevenir el delito, apoyamos a los gobiernos en su lucha contra el crimen organizado, fomentamos la transparencia, y promovemos esquemas integrales para acabar con el uso indebido de drogas; entre otras acciones. Buscamos construir un futuro en donde la seguridad y la equidad sean la norma, no la excepción.
Promovamos el diálogo en nuestra colonia, usemos al arte y al deporte como catalizadores del potencial comunitario, fomentemos la participación y generemos más vínculos con las autoridades para crear entornos seguros.
Estamos, sin embargo, ante un contexto de incertidumbre. La crisis derivada del COVID-19 ha dejado de manifiesto aún más visiblemente las grietas existentes en nuestro mundo. Hoy, luce cuesta arriba que alcancemos las metas a las que nos propusimos llegar en el año 2030. La década que tenemos por delante será crucial.
Consideramos que una vía para la recuperación está en el corazón de los ODS 16 y 17. Construyendo sociedades más justas y con instituciones sólidas y confiables; generando alianzas y fomentando la cooperación, tendremos más potencial de éxito.
Lo resaltó la Directora Ejecutiva de la UNODC, la señora Ghada Waly: “en estos tiempos de distanciamiento social, podremos no estar físicamente el uno al lado del otro; pero aun así debemos estar juntos por la paz”.
Tenemos la oportunidad de ser mejores, no la dejemos pasar. Les convocamos a actuar para construir una sociedad más armónica, incluyente y empática, démosle forma al futuro rechazando las conductas violentas, iniciando por aquellas que surgen desde nuestro mismo hogar.
Este año, “Forjemos Juntos la Paz”. Uniendo nuestras voces, siendo solidarios y tolerantes, podemos trabajar para la recuperación social asumiendo los nuevos retos que la pandemia nos ha hecho enfrentar.
Kristian Hölge,
Representante de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés) en México.
Artículo publicado en El Universal: