La Estrategia 2021 – 2025 promueve nuestra misión fundamental y nos brinda los medios necesarios para actuar con eficacia, eficiencia y rendición de cuentas, aumentando nuestro apoyo a los Estados Miembros y construir sociedades justas, inclusivas y resilientes que no dejen a nadie atrás.

La pandemia por el COVID-19 ha cambiado el mundo: Las crisis sanitarias, humanitarias y económicas resultantes ponen en peligro la vida y los medios de subsistencia de las personas y han exacerbado los problemas de fragilidad, delincuencia y terrorismo, dejando al descubierto las desigualdades.

También ha quedado demostrado que los retos a los que nos enfrentamos son globales, así también como las soluciones. En UNODC ayudamos a forjar estas soluciones comunes congregando a los países para que compartan conocimientos y capacidades, y para combatir los retos de las drogas, la delincuencia, la corrupción y el terrorismo.

Unas sociedades cohesionadas, seguras y resilientes son fundamentales para cumplir esta misión. UNODC trabaja con y para los Estados miembros, la sociedad civil, el mundo académico y otros socios con el objetivo de promover la justicia y el Estado de Derecho a todos los niveles. 

Los conocimientos adquiridos en la ejecución de proyectos y mediante el análisis de datos y tendencias nos pueden ayudar a identificar rápidamente nuevas tendencias y amenazas y a diseñar respuestas políticas y programáticas para hacerles frente.

Nuestras acciones prestarán especial atención a los derechos humanos, la protección de la infancia, la igualdad de género y la capacitación de las mujeres y los jóvenes.

Las alianzas flexibles y de amplio alcance son fundamentales para garantizar que podamos seguir prestando ayuda para contrarrestar los efectos sociales y sanitarios de las drogas, la delincuencia, la corrupción y el terrorismo; así como para fomentar la implicación nacional, la sostenibilidad y lograr el máximo impacto.