Mensaje del Secretario General, António Guterres, con ocasión del Día Internacional contra la Corrupción 

 

Viena, 9 de diciembre (Naciones Unidas). Cada año, billones de dólares -el equivalente de más del 5 % del Producto Interno Bruto mundial- se pagan en sobornos o se roban a través de prácticas corruptas que socavan gravemente el estado de derecho y amparan delitos como el tráfico ilícito de personas, drogas y armas.

La evasión de impuestos, el blanqueo de dinero y otros flujos ilícitos desvían de su destino recursos muy necesarios para escuelas, hospitales e infraestructura esencial; fondos esenciales para promover los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

La gente está enfadada, y con razón. La corrupción amenaza el bienestar de nuestras sociedades, el futuro de nuestros hijos y la salud de nuestro planeta. Debe ser combatida por todos y para todos.

Y al igual que en su movilización por una acción climática ambiciosa y una globalización justa, inspira ver a la juventud exigiendo responsabilidad y justicia como forma de afrontar y erradicar las prácticas corruptas.

Debemos unirnos contra la corrupción para detener la fuga de recursos causada por los flujos financieros ilícitos. La Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción, ratificada por casi todos los países del mundo, nos brinda los medios para afianzar nuestro compromiso de abordar esta cuestión.

Este mes, los Gobiernos se reunirán en Abu Dabi para examinar los progresos y preparar el primer período extraordinario de sesiones de la Asamblea General dedicado a combatir la corrupción, que tendrá lugar en 2021. Exhorto a los Gobiernos a que tomen medidas decisivas para que la lucha contra la corrupción sea una de las prioridades máximas.

En este Día Internacional, insto a todo el mundo a seguir buscando soluciones innovadoras para ganar la batalla contra la corrupción y asegurar que preciados recursos estén al servicio de los pueblos del mundo.