Colombia reduce tasa de homicidios según estudio de UNODC


Bogotá, abril 24 de 2014 - La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito -UNODC- en Colombia presentó el Estudio Mundial sobre Homicidios 2013 en una rueda de prensa, a cargo de Bo Mathiasen,  Representante de UNODC, quien mostró tanto información relevante a nivel global como datos y cifras enfocados en el continente americano y Colombia, en la temática de homicidios.

"El homicidio doloso es una amenaza para la población en cuanto a que su impacto va más allá de la pérdida de vidas humanas y puede generar un entorno de miedo e incertidumbre. Por ello, los datos sobre homicidios pueden ser una importante herramienta para monitorear la seguridad y la justicia", aseguró Mathiasen durante su intervención.

En el escenario global la tasa global de homicidios es de 6,2 por cada 100.000 habitantes, donde Centroamérica y África del Sur muestran promedios cuatro veces mayores con más de 25 víctimas, seguidas por Suramérica, África Central y el Caribe con una tasa que oscila entre los 16 y 23 homicidios por cada 100.000 habitantes.

Sobre Colombia
Según datos de los 32 departamentos de Colombia y Bogotá, entre los años 2009 y 2011, se evidencian variaciones en los niveles de homicidio. En 19 departamentos del país disminuyó esta tasa siendo los casos más notables Guainía, Vaupés, Arauca y Santander. Por otro lado, las cifras aumentaron en Caquetá, Putumayo, San Andrés y Valle del Cauca. Los departamentos restantes se mantuvieron estables. En total, la variación de la tasa de homicidios en el país bajó de 36,5 a 30,8 por cada 100.000 habitantes entre 2009 y 2011.

Por otra parte, el informe mostró la asociación del consumo de alcohol con el aumento en el número de homicidios. Para ilustrarlo se expuso el caso de Cali,  donde se demostró que durante los períodos donde se tomaron medidas restrictivas en la venta de licor, los niveles de homicidio se redujeron considerablemente.

Asimismo, el estudio reveló evidencias sobre la violencia asociada con la producción de drogas, la cual representó una parte importante de los homicidios del país en 2010, debido a la competencia entre los grupos armados ilegales, por el control de territorios adecuados para el cultivo de coca y producción de cocaína.

Por último, Mathiasen resaltó, como desafíos para el país, fortalecer la cultura de la no violencia a través de programas de prevención del delito, así como con la lucha para la disminución de los niveles de impunidad. De igual forma, enfatizó en la importancia de reducir la desigualdad social, causante de violencia, a través del desarrollo de las regiones con la generación de oportunidades de educación y empleo.