Limpiando las ventanas: la transparencia judicial en Belice

Jueza Sonya Young

La jueza Sonya Young es jueza de la Corte Suprema de Justicia en Belice. Se desempeñó con anterioridad como magistrada en San Vicente y las Granadinas. Todas las opiniones expresadas en este artículo son únicamente las de la autora como experta externa y no reflejan necesariamente la posición oficial de la UNODC. Esta es una traducción no oficial realizada por Voluntarios de las Naciones Unidas. 

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Quizá vuestra niñez no tuvo ese toque caribeño que tuvo la mía, pero estoy segura de que sin importar de qué región del mundo sean, conocen la tarea tediosa de limpiar ventanas. A pesar de que a veces era una tarea laboriosa y larga, mi pequeña comunidad entendía su importancia.  Al limpiar la suciedad de los vidrios, dejábamos entrar la luz cálida y brillante del sol, y nuestros hogares se volvían más luminosos y alegres.  Limpiar las ventanas también nos permitía ver con más claridad todo lo que ocurría afuera: veíamos las necesidades de nuestros vecinos, y ellos veían las nuestras.  Todos nos beneficiábamos de los ofrecimientos desinteresados de ayuda.

En ese entonces cuidábamos a nuestro hermano, y la aparente falta de privacidad casi nunca era motivo de preocupación. Después llegaron tiempos mejores: dinero para comprar cortinas cuyos encajes y apariencia alegre cedieron el paso, demasiado pronto, al tejido grueso y que no dejaba pasar el sol y las persianas (qué apropiado).  El recelo ante la privacidad abrió camino al secretismo y la desconfianza: los vecinos se volvieron fisgones y hasta irreconocibles a medida que cada uno se refugiaba en la seguridad de nuestra morada oculta, temerosos de pedir o aceptar la ayuda que antes había sido la norma.

Por suerte, la sinceridad y la honestidad se vieron en aumento recientemente, o quizá experimentaron un reconocimiento renovado. La transparencia se presenta en la estructura de libre flujo de nuestros espacios de vida modernos, donde las paredes son escasas, las cortinas son anticuadas y las persianas se volvieron obsoletas (qué apropiado). Mientras que los expertos en negocios la presentan como una virtud esencial de cualquier empresa exitosa, los medios reclaman con fervor la libertad de la información, sobre todo cuando se relaciona con el gobierno y los asuntos políticos, insistiendo en el derecho de todos de saber y comprender.

El sistema de justicia mundial ya definió esta libertad como un bastión que se abre paso para garantizar una audiencia pública y justa por parte de un tribunal independiente, ético e imparcial. Es la piedra angular de los Principios de Bangalore sobre la Conducta Judicial. En Belice, la transparencia está contemplada en la Constitución de Belice (1981) y es una parte integral del Código de Conducta Judicial y Protocolo (2003).

Como jueza, pienso en limpiar las ventanas cada vez que surge el tema de la transparencia: me da perspectiva. "Concedida" -  la mera mención de la palabra a veces provoca miedo o nervios.  Quizá sintamos que nuestra privacidad va a ser tan invadida que no vamos a poder disfrutarla. O quizá ser transparente demanda una vulnerabilidad que nos aterra mostrar. Pero como jueces, le pedimos a la sociedad que confíe en que vamos a dictar sentencias acertadas. Sentencias que muchos no pueden leer ni entender, y que se emiten por personas de las cuales se enteran por primera vez solo cuando los nombramientos son noticia. Una vez nombrados, muchas veces fallamos en comprender el miedo de la sociedad a una institución que, por mucho tiempo, intentó fomentar el respeto por medio de rituales extraños y del distanciamiento. Una institución cuyos miembros se aferran con firmeza a su "independencia", muchas veces reacios a aceptar que todos y cada uno de nosotros tiene dependencias: ningún hombre es una isla. Hay quienes incluso dicen que estamos desconectados, casi extraños hacia nuestra sociedad.

Por fortuna, la importancia de aumentar la confianza pública en el poder judicial a través de la integridad es un concepto que el presidente de la Corte Suprema de Belice comprende y al que adhiere voluntariamente un poder judicial dispuesto a escuchar. En su afán por ofrecer con honestidad un servicio basado en la confianza, el poder judicial se volvió más accesible a partir de una serie de medidas. Entre estas medidas se pueden mencionar: la creación de un sitio web especial con posteos inmediatos y públicos de las sentencias que se dirigen a la audiencia deseada que son los propios usuarios; la introducción de protocolos sobre el género; la implementación de normas procesales, con un énfasis en los litigantes "pro se" (un acusado sin representante); la promoción de mediación y arbitraje entre tribunales conectados, y programas de divulgación como "Los tribunales y tú" para los niños pequeños.

El poder judicial de Belice también concentró sus esfuerzos en la educación. Hace foco en asuntos que tienen un impacto en la sociedad actual al involucrar a los jueces y al personal judicial en capacitaciones sobre las redes sociales, la sensibilidad en asuntos de género, el tráfico de personas, los refugiados, el bienestar, y la gestión de tiempo y recursos. En este sentido, la Consultoría sobre la Educación Pública y Participación del proyecto de Reforma Judicial y Fortalecimiento Institucional (JURIST), tiene como objetivo el preparar un plan regional, con un énfasis en las comunidades vulnerables, para los cinco poderes judiciales participantes. Además, es un sitio piloto de honra para la implementación de los Instrumentos de Formación en Ética Judicial de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), que se dará a conocer en maro de 2019 a toda la judicatura de Belice.

El poder judicial de Belice ya comenzó formalmente a limpiar sus ventanas, quitando muchos vendajes, facilitando la aceptación de los problemas y admitiendo los errores. Da lugar al escrutinio idóneo y acepta tanto la crítica fundamentada como el reconocimiento merecido, a la vez que reconoce que rendir cuentas solo trae beneficios y que la transparencia es una virtud que no encuentra igual en la corrupción. Comenzamos a mirar con atención a través de esas ventanas y a reconocer a las personas que observamos. Sin duda, todavía queda un largo camino por recorrer, pero el viaje más largo tan solo necesita de un único paso motivado para comenzar.