Acojo con satisfacción la histórica aprobación por la Asamblea General de las Naciones Unidas de una nueva convención internacional sobre ciberdelincuencia.
Este notable paso representa el primer instrumento jurídico internacional de las Naciones Unidas en materia de delincuencia en los últimos 20 años, y llega en el momento oportuno.
La tecnología es transformadora y está tendiendo puentes extraordinarios a través de fronteras y barreras, abriendo nuevos caminos para la humanidad.
Pero los cibercriminales están haciendo un mal uso de esos avances, y la ciberdelincuencia es cada día más omnipresente y destructiva.
En esta era de inteligencia artificial, encriptación blockchain y servicios digitalizados, la ciberdelincuencia está encontrando nuevos espacios que explotar.
Está dando lugar a nuevas formas de delincuencia y amplificando sus formas tradicionales, perturbando las economías y las industrias.
Se dirige a los más vulnerables y socava los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Está erosionando la confianza en nuestra infraestructura digital, en nuestras instituciones y entre las personas, y se está desplazando a través de las jurisdicciones como nunca antes.
La necesidad de cooperación y acción nunca ha sido mayor.
Es por esto que la nueva convención internacional sobre ciberdelincuencia es un paso histórico.
La nueva convención es la base para una legislación y unos procedimientos penales más eficaces, así como para una mayor cooperación internacional.
También proporcionará una hoja de ruta para las medidas preventivas y la asistencia técnica.
La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito está lista para trabajar con países y socios en la puesta en marcha de esta importante convención.
Salvaguardando los espacios digitales, podemos construir un mundo más seguro para todos.