26 de junio de 2020 - La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) presentó hoy la reseña de investigación COVID-19 y la cadena de suministro de drogas: De la producción y el tráfico al consumo, en un webinar en el que participaron autoridades, diplomáticos y la sociedad civil de la región de América Latina, entre otros.
El informe preparado por la Red Global de Investigación de UNODC señala que las medidas implementadas por los gobiernos para contrarrestar la COVID-19 afectaron a todos los aspectos de los mercados de drogas ilícitas, desde la producción y el tráfico hasta el consumo.
Varios países reportaron escasez de diversas drogas en la venta minorista, incremento de precios y reducciones de la pureza, por lo cual los consumidores cambiaron de sustancia (por ejemplo, de la heroína a los opioides sintéticos) y/o accedieron al tratamiento de adicciones.
Producción de opiáceos
Las restricciones a causa del confinamiento podrían obstaculizar la producción y la venta de opiáceos en los principales países productores. El 95% de todos los opiáceos ilícitos tienen su origen en solo tres países: Afganistán (82 %), México (8 %) y Myanmar (7 %). La oferta de precursores para la fabricación de heroína podría reducirse por causa de la disminución de trabajadores en las zonas de cultivo y la caída del comercio internacional. El tráfico de heroína puede seguir alterándose por la afectación del tráfico fronterizo México-Estados Unidos.
Producción de cocaína
Las medidas de control a raíz de la COVID-19 obstaculizan la producción de cocaína en el corto plazo, pero es probable que resurja en caso de una crisis económica. Debido a la cosecha de coca durante todo el año, las restricciones de movilidad en Bolivia, Colombia y Perú tendrían un impacto limitado en la producción de esta droga. Reportes de Colombia indican que la presión de los agentes de seguridad aumentó durante la pandemia y que la campaña de erradicación de coca continúa según lo previsto.
Producción de drogas sintéticas
Las drogas sintéticas pueden producirse prácticamente en todos los países. Las medidas tomadas en respuesta a la COVID-19 podrían tener un efecto en la producción de drogas sintéticas si dan lugar a una reducción de la disponibilidad de las sustancias precursoras que se desvían del comercio legal o se producen ilícitamente.
En México, el mercado de drogas sintéticas (sobre todo de metanfetamina) se ha visto afectado por la crisis generada con la pandemia, donde se sugiere un aumento de los precios de dos a seis veces entre enero y marzo de 2020. El incremento se debe a las limitaciones en la importación de precursores químicos desde Asia Oriental.
Producción de cannabis
Los productos de cannabis suelen producirse localmente y distribuirse a través de cadenas de suministro nacionales muy cortas. No hay indicios de que esas cadenas cortas de suministro se hayan visto trastornadas por las medidas frente a la COVID-19, sin embargo, los cierres fronterizos en Europa pueden estar provocando un aumento de la demanda de estos productos.
Tráfico de drogas
El tráfico de diferentes tipos de drogas se ha visto afectado por las restricciones de movimiento y el cierre de fronteras impuestas para impedir la propagación del virus. El tráfico aéreo de drogas puede quedar completamente interrumpido (drogas sintéticas y cocaína).
El riesgo de decomiso cuando la droga se trafica por tierra puede haber aumentado, ya que esos envíos pueden ser interceptados con mayor frecuencia que los traficados por otros medios de transporte. Las reducciones en los tráficos aéreo y terrestre pueden haber inducido a un aumento en los envíos de cocaína por vía marítima desde América del Sur hacia Europa. Los indicios de una disminución en el flujo de cocaína no afectan las incautaciones en los mercados de destino; se sigue incautando esta sustancia en grandes cantidades.
Es posible que el tráfico de cannabis no sea afectado de la misma manera que el de heroína o cocaína, dado que la producción de cannabis suele tener lugar cerca de los mercados de consumo y, por lo tanto, los traficantes dependen menos de los largos envíos transregionales de grandes cantidades de droga. Los grupos de narcotraficantes podrían almacenar drogas cerca de los países de origen y cuando se levanten las restricciones inundar el mercado.
Consumo de drogas
Se ha reportado una escasez de droga que podría tener consecuencias negativas para la salud de las personas con trastornos causados por el consumo de sustancias psicoactivas. Los patrones perjudiciales derivados de la escasez incluyen el aumento del consumo de drogas por vía intravenosa y el uso compartido de equipo para inyectar y otros artículos relacionados con las sustancias, todo lo cual entraña el riesgo de propagar enfermedades como el VIH/SIDA y la hepatitis C, así como el propio coronavirus.
Las dificultades financieras causadas por la crisis de la COVID-19 pueden afectar más duramente a las personas que ya se encuentran en una posición de desventaja socioeconómica. Esto podría dar lugar a un aumento del número de personas que recurren a actividades ilícitas para ganarse la vida y/o que son reclutadas por organizaciones de tráfico de drogas.
La interrupción en la disponibilidad de drogas en muchos mercados de calle y el aumento de los precios puede reducir el consumo general, según la sustancia, lo que puede ocurrir principalmente con las drogas que se utilizan en entornos recreativos. Los consumidores de drogas pueden buscar sustitutos, que suelen ser más perjudiciales, como las sustancias altamente adictivas, o recurrir a mezclas de drogas. También, por efecto de la COVID-19, es posible una interrupción del acceso a los servicios de tratamiento de adicciones.
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Más información:
COVID-19 y la Cadena de Suministro de Drogas: de la Producción y el Tráfico al Consumo