Ciudad de México, 11 de marzo de 2019.- En la Sede de Naciones Unidas en México, la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), en colaboración con la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés) realizó la presentación del suplemento especial de su informe anual 2018 denominado: "Avances en la disponibilidad de sustancias con fines médicos". Se aprovechó esta oportunidad para anunciar además sobre los resultados preliminares del proyecto denominado "Acceso a sustancias controladas para fines médicos: Acceso sin Exceso", implementado por la UNODC.
En relación con el suplemento especial, el Representante de la JIFE en México, Raúl Martín del Campo, recalcó que garantizar el acceso a tratamientos adecuados y suficientes debería ser considerado como un derecho humano. "En pleno siglo XXI es impensable que aún existan personas que mueren con dolores extremos", comentó, haciendo un exhorto para que se regule el uso de los opioides frente a enfermedades terminales o crónicas.
En el marco de esta presentación se compartieron algunos hallazgos del proyecto "Acceso sin exceso", una iniciativa piloto de la UNODC en la Ciudad de México, cuyos objetivos consisten en cuantificar y analizar la relación entre oferta y demanda de sustancias controladas para cuidados paliativos, e impulsar sinergias con las autoridades sanitarias capitalinas y organizaciones de la sociedad civil para suplir de manera responsable este mercado. Se anunció que el reporte completo será publicado en el mes de mayo del presente año.
Antonino De Leo, Representante de la UNODC en México, mencionó que la ciudad carece de censos totales de los pacientes inscritos en las diferentes instituciones de salud, así como de los padecimientos que requieren el uso de medicamentos derivados directamente de los opioides. Señaló además que en la Ciudad de México el personal médico capacitado y autorizado para prescribir medicamentos controlados para el manejo del dolor es insuficiente. "En una urbe de estas dimensiones, un profesional cubre nada más alrededor de 700 pacientes por mes", acotó.
Un fenómeno global de fobia y estigma hacia los medicamentos opioides puede ser una de las causas principales de estas limitaciones; muchos pacientes también se rehúsan a usar estos medicamentos por temor a volverse adictos a los mismos. Una comunidad médica debidamente capacitada y sensibilizada, y pacientes bien informados sobre sus derechos, beneficios y consecuencias del uso de estos productos, resultan indispensables para contrarrestar la ignorancia y temor.
De Leo concluyó señalando que los principales padecimientos que requieren de medicamentos para el control del dolor en la Ciudad de México son de tipo oncológico, seguidos por afecciones del sistema nervioso. Los medicamentos opioides con mayor consumo en la capital son aquellos que no requieren una receta para la prescripción de medicamentos controlados, tales como el tramadol y la buprenorfina.
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