Más del 30% de las víctimas de trata de personas son menores de edad, según Informe Global de la UNODC

 

Viena/Quito 2 de febrero de 2021 – Los niños y niñas son las víctimas más visibles del Informe Mundial sobre la Trata de Personas, presentado hoy por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). El documento concluye que, en los últimos 15 años, entre las víctimas detectadas más del 30% son menores de edad. El porcentaje de niños, mayormente utilizados para trabajos o servicios forzados, pasó del 3% al 15%; en el caso de las niñas, tratadas con fines de explotación sexual, pasó del 10% al 19%, lo que se debe, entre otros temas, a la tolerancia social en ciertos entornos.

 

El informe, que se ha construido con la información reportada de 148 países, cifra en 50 000 las víctimas de trata detectadas en 2018, además de una clara tendencia de los tratantes de aprovechar las múltiples vulnerabilidades, como la migración y el desempleo, profundizadas aún más por la recesión inducida por COVID-19.

 

No obstante, para la UNODC, dada la naturaleza oculta de este delito, el número real de víctimas de trata es mucho mayor. "Millones de mujeres, niñas, niños y hombres en todo el mundo están sin trabajo, sin escuela y sin apoyo social en la continua crisis de COVID-19, lo que los deja en mayor riesgo de ser víctimas de la trata de personas. Necesitamos medidas específicas para impedir que los tratantes se aprovechen de la pandemia para explotar a los vulnerables", dijo la Directora Ejecutiva de la UNODC, Ghada Waly.

 

La directora de la UNODC hizo hincapié de la asistencia técnica que presta esta Oficina de la ONU a través de sus programas mundiales y su red de oficinas en el terreno. “Tenemos por objeto informar las respuestas de los gobiernos contra la trata de personas, poner fin a la impunidad y apoyar a las víctimas como parte de los esfuerzos integrados para construir más allá de la pandemia".

 

En el caso de Suramérica los patrones confirman la tendencia mundial: el 69% de las víctimas son mujeres mientras que el porcentaje de hombres asciende a 25%; el 5% son niñas y el 1% niños. La explotación sexual y el trabajo forzado son los fines más comunes de la trata con 64% y 35%, respectivamente. Un 97% de las víctimas proceden de la región, mientras que los tratantes son, en su mayoría hombres, también sudamericanos.

 

En la región, los retos más visibles son perfeccionar los mecanismos de identificación de casos de trata de personas y mejorar la respuesta penal en la persecución del delito.

 

Perfil de las víctimas

Las mujeres siguen siendo las principales víctimas de la trata de personas. Por cada 10 víctimas detectadas en el mundo en 2018, cinco eran mujeres adultas y dos eran niñas. Alrededor del 20% de las víctimas de la trata de personas eran hombres adultos y el 15% eran niños.

 

En los últimos 15 años, el número de víctimas detectadas ha aumentado, mientras que su perfil ha cambiado. El porcentaje de mujeres adultas entre las víctimas detectadas disminuyó de más del 70% a menos del 50% en 2018, mientras que el porcentaje de niños detectados ha aumentado de alrededor del 10% a más del 30%. En el mismo período, el porcentaje de hombres adultos casi se ha duplicado, pasando de alrededor del 10% al 20% en 2018.

 

En general, el 50% de las víctimas detectadas fueron objeto de trata con fines de explotación sexual, el 38% fueron explotadas para realizar trabajos forzados, el 6% fueron objeto de actividades delictivas forzadas, mientras que el 1% fueron obligadas a mendigar y un número menor a contraer matrimonios forzados, a la extracción de órganos y a otros fines.

El perfil de las víctimas difiere según la forma de explotación. En 2018, la mayoría de las mujeres y niñas detectadas fueron objeto de trata con fines de explotación sexual, mientras que los hombres y los niños fueron principalmente objeto de trata para trabajos forzados.

 

La proporción de víctimas detectadas de la trata de personas para trabajos forzados ha aumentado constantemente durante más de un decenio. Las víctimas son explotadas en una amplia gama de sectores económicos, en particular en aquellos en que el trabajo se realiza en circunstancias aisladas, como la agricultura, la construcción, la pesca, la minería y el trabajo doméstico. Sobre este último, el reporte resalta los riesgos que enfrentan mujeres y hombres dentro de este sector, que dada las condiciones de aislamiento y falta de control, así como la permisividad social, podrían configurar trata de personas, y estar expuestos a otras formas de violencias como la sexual, física y psicológica.

 

El Informe llama la atención sobre el riesgo de personas LGBTIQ+, que por la discriminación que enfrentan y otros riesgos asociados a la edad y la migración, están expuestos a más posibilidad de ser explotados, y por tanto requiere de un enfoque que rompa la invisibilidad y responda de manera diferencial.

 

Perfil de los delincuentes

A nivel mundial, la mayoría de las personas enjuiciadas y condenadas por trata de personas siguen siendo hombres, con alrededor del 64% y el 62% respectivamente. Los tratantes pueden ser miembros de grupos de delincuencia organizada, que cometen trata sobre una gran mayoría de las víctimas, hasta personas que operan por su cuenta o en pequeños grupos de acuerdo a la oportunidad.

 

Los tratantes ven a sus víctimas como mercancías sin tener en cuenta su dignidad y derechos humanos. Venden a sus semejantes a un precio que puede oscilar entre decenas y decenas de miles de dólares de los EE. UU, siendo las grandes organizaciones delictivas las que obtienen los mayores ingresos.

 

Los tratantes han integrado la tecnología en su modelo de negocio ilícito en todas las etapas del proceso, desde la captación hasta la explotación de las víctimas. Los tratantes se acercan a muchos niños y niñas a través de las redes sociales y los consideran un blanco fácil en su búsqueda de aceptación, atención o amistad. UNODC ha identificado dos tipos de estrategias: la "caza", en la que un tratante persigue activamente a una víctima, típicamente a través de redes sociales; y la "pesca", en la que los tratantes publican anuncios de empleo y esperan a que las posibles víctimas respondan. El Internet permite a los tratantes transmitir en directo la explotación de sus víctimas, lo que permite que muchos consumidores de todo el mundo abusen simultáneamente de una víctima.

 

Flujos de trata

Sobre la base de los datos reunidos en 148 países, la UNODC pudo registrar 534 rutas de trata diferentes en todo el mundo, aunque las víctimas suelen ser objeto de trata en zonas geográficamente cercanas. Un ejemplo típico es el de las niñas reclutadas en una zona suburbana y explotadas en moteles o bares cercanos. A nivel mundial, la mayoría de las víctimas son rescatadas en su propio país de origen.

 

En este tema se identificaron los llamados flujos cibernéticos, asociados con el uso de la internet por parte de tratantes, lo que ha permitido mayor operatividad a nivel global sin necesidad de desplazarse físicamente.

Para más detalles, sírvase consultar el cuadro adjunto sobre las tendencias regionales, o el Informe.

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El Informe Mundial sobre la Trata de Personas es producido por la UNODC cada dos años, con el fin de fundamentar una respuesta eficaz a este delito y situarlo en el contexto de la Agenda Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible. La edición de 2020 se construyó con la mayor base de datos del mundo sobre víctimas de trata, en la que se compilan cifras de fuentes oficiales de 148 países. También se analizan 489 casos judiciales de 71 países diferentes, lo que proporciona información más cualitativa sobre los autores y las características de este delito.

El informe está disponible en el siguiente enlace: https://www.unodc.org/unodc/en/data-and-analysis/glotip.html

 

 

2 de febrero de 2021
Quito, Ecuador