Ubicada estratégicamente en el corazón del aeropuerto, la valla no solo informa a los visitantes sobre las normativas de protección ambiental, sino que también educa sobre la importancia de respetar y preservar la biodiversidad única de Galápagos. Esta acción responde a los resultados de un ejercicio de autoevaluación sobre delitos ambientales realizado en Galápagos en 2022, el cual resaltó la necesidad de campañas educativas tanto locales como nacionales, enfocadas en concienciar sobre los problemas ambientales que enfrentan las islas.
El cumplimiento de estas reglas no solo garantiza la protección del entorno natural de Galápagos, sino que también representa el primer paso hacia la prevención de posibles delitos, como el tráfico de especies. Las campañas de prevención desempeñan un papel esencial en la mitigación y prevención de delitos ambientales al reducir el impacto humano en los ecosistemas.
Al crear conciencia sobre la importancia del ambiente y las consecuencias negativas de actividades ilegales como el tráfico de fauna silvestre, estas campañas buscan influir en el comportamiento y las actitudes individuales, fomentando un mayor respeto por los recursos naturales y reduciendo la demanda de actividades ilegales.
La valla también incluye tres nuevas reglas incorporadas a la lista oficial desde 2024: usar productos que protejan del sol y que sean amigables con los ecosistemas marinos, revisar y respetar siempre los horarios de visita, y usar reproductores de sonido con audífonos.
Las autoridades locales y nacionales han acogido con entusiasmo esta iniciativa, destacando su papel en la prevención de delitos ambientales y la promoción de un turismo ético. Al educar a los visitantes desde su llegada, se pretende transformar actitudes individuales y fomentar un mayor respeto por los recursos naturales de Galápagos, asegurando su preservación para las generaciones futuras.