Sugerencias sobre el tratamiento, la atención y la rehabilitación de personas con trastornos por consumo de drogas en el contexto de la pandemia COVID-19
Una contribución a la seguridad sanitaria de los países y las comunidades
La enfermedad del Coronavirus 2019 (COVID-19), COVID-19 es una enfermedad respiratoria causada por el Síndrome Respiratorio Agudo Severo Coronavirus 2 (SARS-CoV-2).
La enfermedad se caracteriza por una infección respiratoria con síntomas que van desde un leve resfriado común o gripe hasta problemas de salud más graves. Los síntomas suelen incluir fiebre, tos, dolor de garganta y dificultad para respirar. También se ha descrito dolor muscular y cansancio.
El 11 de marzo de 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció que el actual brote de COVID-19 es una pandemia. Aunque la enfermedad de COVID-19 suele ser leve y la mayoría de las personas se recuperan rápidamente, puede ser muy grave para ciertos grupos de personas, entre ellas los ancianos y las personas con sistemas inmunológicos comprometidos o con afecciones subyacentes.
Las pandemias y las emergencias sanitarias, como el actual brote de COVID-19, pueden costar muchas vidas y plantear riesgos adicionales para la economía, la seguridad y estabilidad mundial. Garantizar el acceso continuo a la atención de la salud durante una pandemia, incluidos los servicios para las personas que consumen drogas y el tratamiento de los trastornos causados por el consumo de drogas, es fundamental no sólo para proteger la salud de las poblaciones, sino también para la seguridad y la estabilidad.
Los trastornos por consumo de drogas suelen ir acompañados de afecciones somáticas como el VIH/SIDA, la hepatitis B y/o C y la tuberculosis, enfermedades pulmonares o cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares, cáncer y lesiones y traumas, entre otras.
Además, las personas con trastornos por consumo de drogas, especialmente las que se inyectan drogas, pueden tener un sistema inmunológico comprometido.
Por último, el estigma y la discriminación vinculados al consumo de drogas y a los trastornos por consumo de drogas suelen resultar en limitaciones de acceso a recursos básicos como la vivienda, el empleo, la atención de la salud y el apoyo social.
Por todas estas razones, puede resultar más difícil para las personas que consumen drogas y con trastornos por consumo de drogas protegerse y pueden correr un riesgo especial de desarrollar COVID-19 y sus complicaciones.
Por consiguiente, es importante garantizar la continuidad y el acceso adecuado a los servicios de salud y protección social para las personas que consumen drogas y con trastornos por consumo de drogas, y proporcionar la continuidad de la atención requerida, tal como se describe en las Normas Internacionales para el Tratamiento de los Trastornos por Consumo de Drogas (ONUDD/OMS, 2020), en la mayor medida posible también en tiempos de crisis.
Esto incluye servicios de bajo umbral, así como tratamiento psicosocial y tratamiento farmacológico en una variedad de entornos. Esto también está en consonancia con los firmes mandatos de los Estados Miembros de las Naciones Unidas que, entre otras cosas, se han comprometido a que la salud para todos no deje a nadie atrás en la agenda de desarrollo 2030 y han puesto de relieve la necesidad de proteger la salud, la seguridad y el bienestar de las personas, las familias, los miembros vulnerables de la sociedad, las comunidades y la sociedad en su conjunto, tal como está plasmado en el Documento Final del período extraordinario de sesiones de la Asamblea General de 2016 sobre la lucha contra los problemas mundiales de drogas.
En este contexto, se sugiere que los Estados Miembros y los sistemas y servicios de tratamiento, atención y rehabilitación de personas con trastornos por uso de drogas elaboren planes para garantizar la continuidad de la atención.