La UNODC apoya a la INTERPOL para combatir el tráfico de migrantes y la trata de personas

Una operación dirigida por la INTERPOL contra el tráfico de migrantes ha dado lugar a más de 200 detenciones entre redes delictivas que estaban involucradas en el tráfico de unos 3.500 migrantes en toda América, África, Europa y Asia. También se rescataron hasta 100 posibles víctimas de la trata de personas durante la operación, conocida como "Turquesa II", en la que participaron autoridades de 32 países de cuatro continentes y en la que el Brasil actuó como centro de coordinación. Los expertos en prevención del delito de la UNODC han venido prestando apoyo a la INTERPOL desde que se iniciaron los preparativos en el febrero pasado y desempeñarán un papel fundamental en la fase posterior a la acción de esta importante operación.

"La cooperación interinstitucional es esencial para detener a los traficantes de migrantes y de personas, y para rescatar a las víctimas", afirma Ghada Waly, Director Ejecutivo de la UNODC.

"Me enorgullece la contribución de la UNODC a la Operación Turquesa II, aprovechando nuestros conocimientos especializados en materia de justicia penal, nuestras redes y nuestra capacidad de coordinación transfronteriza".

La UNODC, por conducto de su amplia red en América Latina, el Caribe y Asia, facilitó la coordinación entre los organismos encargados de hacer cumplir la ley y los fiscales especializados en la fase de preparación de la operación para posibilitar las acciones conjuntas. Del 27 de noviembre al 3 de diciembre se realizaron controles coordinados y reforzados en los puntos de tránsito y de entrada de los países participantes, incluidos aeropuertos, terminales de autobuses y cruces fronterizos.

Los lugares y horarios de los controles se habían determinado y acordado con meses de antelación sobre la base de la información de inteligencia acerca de posibles actividades de contrabando de migrantes y trata de personas. Muchas de las pistas se generaron como resultado de la Operación Turquesa del año pasado, en la que las autoridades de 20 países de tres continentes realizaron controles en las fronteras aéreas, terrestres y marítimas para desbaratar los grupos de delincuencia organizada que estaban detrás de las principales rutas de contrabando.

"La conexión de la policía a través de los continentes es crucial para detener el rastro de miseria que se esconde tras el tráfico de migrantes", afirma el Secretario General de INTERPOL, Jürgen Stock.

"La operación Turquesa II muestra cómo los grupos de delincuencia organizada siguen aprovechándose de las personas vulnerables que buscan una vida mejor, especialmente durante la pandemia de COVID-19, y exigen grandes sumas de dinero sin preocuparse por su bienestar", añade.

La UNODC desempeñará un papel crucial en la próxima fase de la operación. "Utilizaremos nuestra experiencia para asegurarnos de que los casos de tráfico ilícito de migrantes y trata de personas que se identifiquen durante esta operación den lugar a enjuiciamientos y condenas satisfactorios", dice Carlos Pérez, funcionario de prevención del delito y justicia penal. Tras la operación del año pasado, la UNODC alentó a la INTERPOL a que añadiera un componente de lucha contra la trata de personas a Turquesa II.

Esta vez, los funcionarios no sólo controlaban los casos de contrabando de migrantes, sino también los casos de trata, con especial atención a los que se producen dentro de las corrientes migratorias.

"La operación Turquesa II ha demostrado que los migrantes corren un mayor riesgo de ser explotados por los traficantes de personas en los países por los que transitan", dice Carlos Pérez. Pueden carecer de las necesidades básicas, por lo que están dispuestos a aceptar cualquier propuesta de trabajo, que a menudo resulta en la explotación a manos de los traficantes.

La iniciativa TRACK4TIP de la UNODC apoya las respuestas de la justicia penal regional a la trata de personas en las corrientes migratorias dentro de ocho países de América del Sur y el Caribe. Brasil fue seleccionado como país anfitrión de la Dependencia de Coordinación Operacional de Turquesa II, que se estableció en Brasilia y coordinó las actividades en toda América, Asia, Europa y África.

"Esta fue la primera vez que el Brasil ha coordinado una iniciativa de tal magnitud bajo el mando de la INTERPOL", dice Joziel Brito, Jefe de la Unidad de Lucha contra la Trata de Personas y el Tráfico Ilícito de Migrantes de la Policía Federal del Brasil. El principal reto de una operación transnacional de este tipo es integrar los diferentes sistemas jurídicos de diversos países y encontrar una forma muy rápida de salvaguardar los intereses más inmediatos, como el rescate y la protección de las víctimas de la trata de personas, añade.   

Los migrantes que se identificaron en esta operación procedían de unos 50 países y trataban de llegar a los Estados Unidos y el Canadá principalmente a través de las rutas de contrabando de América Latina y el Caribe. 

"Esperamos con interés apoyar las investigaciones posteriores a la operación, como parte de nuestra asociación estratégica con INTERPOL para un mundo más seguro y justo", afirma el Director Ejecutivo de la UNODC, Ghada Waly.