Estas palabras, poderosas y valientes, provienen de una sobreviviente de la trata de personas en México y condensan la terrible realidad que millones de hombres, mujeres, niños y niñas inocentes enfrentan en todo el mundo. También nos recuerdan que detrás de las cifras y los informes hay vidas que han sido destrozadas.
Las crisis mundiales, los conflictos y la emergencia climática están exacerbando los riesgos de la trata de personas. Las desigualdades están dejando a cientos de miles de personas vulnerables a la explotación. Las personas migrantes o que provienen de comunidades marginadas, quienes viven en la pobreza, tienen acceso limitado a la educación, atención médica o un trabajo digno sufren discriminación, violencia o abusos y son los más vulnerables a caer víctimas de esta forma de explotación.
A pesar de los esfuerzos que realizan las autoridades para detectar, prevenir y combatir la trata de personas, las cifras no son alentadoras.
Según el Informe Mundial sobre Trata de Personas 2022 de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, en 2020 a nivel mundial, las tasas de detección de casos de trata disminuyeron 11 por ciento y las condenas se desplomaron 27 por ciento, evidencia de una respuesta global más lenta de la justicia penal.
Este ilícito prospera en la clandestinidad y el silencio. Para sacar a la luz su realidad, en Naciones Unidas conmemoramos cada 30 de julio el Día Mundial contra la Trata de Personas. A pesar de que día a día el gobierno, sociedad civil, empresas, medios de comunicación y la misma ONU trabajamos para erradicar este delito, es importante dedicar un día al año para refrendar nuestro compromiso de proteger, respetar y hacer que se cumplan los derechos humanos de las víctimas.
La campaña de este año tiene como tema Llegar a todas las víctimas de trata de personas sin dejar a nadie atrás. ¿Qué significa no dejar a nadie atrás?
Para Naciones Unidas esto significa, en primer lugar, reconocer el dolor humano que está detrás de este delito. Las víctimas son explotadas en condiciones de abuso. Cada una de ellas tiene sueños y aspiraciones truncados por la violencia y la esclavitud. Ninguna persona debería pasar por eso.
No dejar a nadie atrás también significa hacer un llamado a las autoridades para mejorar los esfuerzos de prevención, identificación y apoyo a las víctimas; poner fin a la impunidad, reforzar las políticas y asignar recursos para la recuperación de los sobrevivientes.
Asimismo, es un llamado de atención a todos y cada uno de nosotros. Es momento de abrir los ojos y prestar atención a nuestro entorno. La trata de personas ocurre a nuestro alrededor, en nuestras comunidades y en nuestras calles. Debemos aprender a reconocer las señales de alerta y denunciar cualquier sospecha. Debemos apoyar a las organizaciones que trabajan incansablemente para asistir a las víctimas.
El Sistema de Naciones Unidas en México, a través de sus diversas agencias, contribuye a la lucha contra la trata de personas y facilita la colaboración de distintos actores al sensibilizar y orientar las acciones que enfrentan este mal.
En este Día Mundial contra la Trata, nos comprometemos a llegar a cada víctima y no dejar a nadie atrás. Ninguna persona merece ser considerada una mercancía. Está en nuestras manos construir un futuro en el que la trata de personas no sea más que una página triste en la historia de la humanidad. Actuemos ahora, por las víctimas y por nosotros.
Peter Grohmann*
*Coordinador Residente del Sistema de la ONU en México
Vínculo de referencia:
https://www.jornada.com.mx/2023/07/30/opinion/016a2pol