Ciudad de México, 15 de abril de 2020 – La implementación de medidas de aislamiento y distanciamiento social que previenen la propagación del virus COVID-19 en México se ha convertido en un factor de riesgo para las mujeres víctimas de violencia de género en el entorno familiar. Esto se debe a que, por causa del confinamiento, ellas se ven obligadas a convivir de manera ininterrumpida con sus agresores en una situación de estrés e incertidumbre ante el riesgo sanitario y económico que implica la pandemia.
El Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas, el Señor António Guterres, ha pedido a los gobiernos del mundo que la prevención de la violencia contra las mujeres en el entorno doméstico y la reparación de daños sean parte vital en los planes nacionales de respuesta a la pandemia.
En este sentido, las instancias gubernamentales deben garantizar el acceso de las mujeres víctimas de violencia a servicios integrales de atención que les aseguren su inmediata protección, faciliten la prevención de actos posteriores de agresión, les brinden herramientas y acompañamiento en el proceso de superación de las secuelas y eviten la victimización secundaria. Para ello, es necesario que exista coordinación entre las distintas dependencias y se homologuen los procedimientos, con la finalidad no sólo de facilitar el trabajo interinstitucional, sino de garantizar que las víctimas reciban la atención que necesitan con calidez, diligencia, confidencialidad y profesionalismo, desde una perspectiva de género y derechos humanos.
En el marco de su mandato, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito en México (UNODC, por sus siglas en inglés) en México elaboró las “Rutas críticas en materia de atención a mujeres en situación de violencia en México” como un instrumento auxiliar de consulta para el personal del servicio público, cuyo objetivo es uniformar sobre pautas y criterios en la secuencia y articulación de las actuaciones públicas en materia de atención a las mujeres víctimas de esta situación.
Las rutas críticas contemplan los servicios otorgados por las instituciones policiales y de salud, las Comisiones Ejecutivas de Atención a Víctimas, las Fiscalías Generales de Justicia y los mecanismos para el adelanto de las mujeres.
Ante la actual crisis sanitaria que podría dejar desprotegidas a niñas y mujeres en México ante el flagelo de la violencia de género al interior de sus hogares, la UNODC pone a disposición el citado documento, esperando sea una herramienta útil en el marco de las acciones del Estado para cumplir con su deber de garantizar la seguridad e integridad física y psicológica de esta población.
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Violeta Zarco: abril.zarco@un.org
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