El tráfico de vida silvestre perjudica tanto a los animales como a la salud humana: el caso de los pangolines

 

Viena, 22 de abril de 2020 (Servicio de Información de las Naciones Unidas) – El brote de COVID-19 ha sido relacionado con un coronavirus originado en los murciélagos salvajes que se transmitió a las personas por medio de un animal intermediario, con los pangolines entre los principales sospechosos. Estos mamíferos solitarios y nocturnos son matados por su carne y sus escamas, utilizadas con fines médicos tanto en Asia como en África. La carne silvestre de los pangolines es considerada un manjar, comercializado en mercados de comida al aire, los cuales podrían haber sido la posible zona cero para el virus.  

La mayor parte de las enfermedades infecciosas emergentes se originó en los animales y fue transferida a los seres humanos. El tráfico de vida silvestre contribuye a esta tragedia, volviéndola no sólo una amenaza para el medio ambiente y nuestro patrimonio natural, sino también para la salud humana y la seguridad.

“Los delitos contra la vida silvestre ponen en peligro la salud de nuestro planeta – y la nuestra. Los pangolines no representan ninguna amenaza para las personas en su hábitat natural, pero permitiendo que sean traficados, sacrificados y vendidos en mercados ilícitos junto con otras especies silvestres, se incrementan de manera importante los riesgos de transmisión de virus y otros patógenos. Para conservar la biodiversidad y prevenir la próxima emergencia de salud pública, el comercio ilegal de fauna y flora silvestres debe ser detenido”, dijo la Directora Ejecutiva de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés), la Señora Ghada Waly.

Los pangolines son el mamífero más traficado del mundo; los decomisos de cargamentos ilegales que se originan en África y tienen como destino los mercados de Asia, se han incrementado diez veces desde el 2014, de acuerdo con la UNODC. La investigación de la Oficina, que incluyó trabajo de campo, se dio a conocer hoy para conmemorar el Día Internacional de la Madre Tierra y se incluirá en el Informe global sobre los delitos contra la vida silvestre que se publicará en junio.

Resulta difícil calcular el número de pangolines que se han comercializado ilegalmente en años recientes, ya que las incautaciones representan sólo una pequeña fracción de los animales muertos. Sin embargo, la magnitud del comercio ilegal, basada en los registros de los decomisos, sugiere que el suministro de animales provenientes de medios silvestres es insostenible, mientras que por ahora la cría de pangolines en cautiverio para escala comercial no es posible. Entre 2014 y 2018, el equivalente a 370,000 pangolines fueron decomisados a nivel global, lo que sugiere que millones han sido traficados y sacrificados.

Las investigaciones de la UNODC muestran que el origen de los pangolines incautados es principalmente el oeste y el centro de África. Los comerciantes informaron que los traficantes de pangolines suelen usar las mismas rutas para exportar e importar las escamas de este animal, que las que utilizan para el marfil. Y los traficantes de marfil parecen también estar involucrados en el comercio de escamas de pangolín.

A partir de que la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) incluyó a todas las especies de pangolines en el Apéndice I en octubre de 2016, este animal ha recibido el más alto nivel de protección disponible bajo el derecho internacional. A pesar de esta prohibición global de comercio, los pangolines siguen siendo los mamíferos más traficados del mundo.

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El capítulo del Informe global sobre delitos contra la vida silvestre dedicado a los pangolines está disponible en: https://www.unodc.org/unodc/en/data-and-analysis/wildlife.html

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Para mayor información, favor de contactar a:

Brian Hansford: brian.hansford@un.org
Jefe de Advocacy Section, UNODC