La JIFE hace un llamado para prestar más atención al mejoramiento de los servicios de prevención y tratamiento para las personas jóvenes

 

En su Reporte Anual 2019, la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE):

  • Enfatiza la conexión entre el consumo de alcohol y tabaco y el uso de sustancias psicoactivas como la cannabis, los opiáceos y la cocaína, por parte de la niñez y la juventud.
  • Se enfoca en el impacto físico, emocional y social que las drogas psicoactivas tienen entre las personas jóvenes de 15 a 24 años.
  • Exhorta a los gobiernos a mejorar los servicios utilizando prevención basada en la evidencia e intervenciones terapéuticas para personas jóvenes.
  • Expresa preocupación por la rapidez con que ha cambiado el panorama global de precursores de diseño ilegales adaptados para un público diverso y en línea.
  • Aborda las injusticias relacionadas con la disponibilidad de medicamentos controlados, desde el exceso de prescripción en algunos países, hasta el acceso limitado en otros.
  • Hace un recordatorio a los gobiernos para respetar los derechos humanos en la aplicación de políticas de drogas y en el cumplimiento de los tres convenios de fiscalización internacional de drogas.

Naturaleza y alcance del uso de sustancias entre las personas jóvenes

Viena, 27 de febrero de 2020 (Servicio de Información de las Naciones Unidas) - El Reporte Anual 2019 de la JIFE expresa preocupación por el uso de sustancias psicoactivas entre la juventud, citando el Reporte Mundial de Drogas 2018 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés). El consumo de sustancias y las consecuencias de salud asociadas a esto son mayores entre las personas jóvenes, siendo la cannabis la más utilizada. La UNODC estima que en 2016, el uso de cannabis afectó al 5.6%, de las personas jóvenes, esto es, a 13.8 millones de jóvenes entre 15 y 16 años, con tasas que varían según la región. Las tazas más altas se encontraron en Europa (13.9%), seguidas por las Américas (11.6%), Oceanía (11.4%) África (6.6%) y después Asia (2.7%). Además, las Estimaciones de la Salud Mundial 2015 de la Organización Mundial de la Salud (OMS) muestran que, si bien las muertes del grupo de edad entre 15 y 29 años representan únicamente el 4.8% de decesos por todas las causas, suponen un 23.1% de las muertes atribuidas a los desórdenes por el uso de drogas.

El Presidente de la JIFE ha dicho que "Entre las sustancias sometidas a fiscalización internacional, la cannabis sigue jugando un papel prominente entre la adolescencia y las personas adultas. Prestamos especial atención a la evolución de esto (…) y enfatizamos nuestra preocupación por la situación de algunos países que han tomado medidas para permitir el uso de sustancias controladas, a saber, la cannabis, para usos no médicos, en contraposición con las disposiciones de los tratados de fiscalización de drogas y las obligaciones que les incumben en razón de ellos".

Relación entre el consumo de alcohol y tabaco y el uso de sustancias psicoactivas

El Informe Anual de la JIFE destaca que el consumo de alcohol y tabaco entre la infancia y la adolescencia está relacionado estrechamente con el inicio del uso de sustancias psicoactivas. A menudo, el alcohol y el tabaco preceden el consumo de cannabis y otras sustancias controladas. Estudios longitudinales que realizaron un seguimiento desde la infancia hasta la edad adulta, han mostrado que mientras más pronto se inicie el consumo de alcohol, tabaco y cannabis entre la etapa de los 16 a 19 años, mayor es la probabilidad de que las personas utilicen opiácecos y cocaína en la adultez.

Un nuevo marco para analizar las causas del consumo de sustancias

Las investigaciones han mostrado que las personas jóvenes son particularmente vulnerables al uso habitual de drogas, lo que obliga a revisar los factores de riesgo y protección. La necesidad de prevención y tratamiento para la infancia y la adolescencia debe tomar en cuenta las influencias tanto individuales como ambientales de las personas jóvenes y su desarrollo.

Intervenciones de prevención basadas en la evidencia que son efectivas

De acuerdo con los Estándares Internacionales de Prevención del Uso de Drogas de la UNODC y la OMS, los programas de prevención basadas en la evidencia para niños, niñas y adolescentes deben de incluir los siguientes elementos:

  • Atención en las habilidades parentales y familiares: fomentar la participación positiva en la vida de la niñez; comunicación efectiva que incluya reglas y límites.
  • Los programas escolares para desarrollar capacidades sociales y personales para la juventud, incluyendo habilidades analíticas, de toma de decisiones y establecimiento de objetivos, con el fin de que estén informados correctamente sobre los efectos de las sustancias psicoactivas, y puedan resistir las influencias que buscan acercarlos a ellas.  
  • Aprovechamiento de las escuelas como lugares para la detección y evaluación de casos, con su correspondiente remisión a tratamientos de apoyo y seguimiento.
  • Aplicación estricta de los reglamentos para limitar el acceso a los medicamentos con propiedades psicoactivas y reducir el acceso de los niños, niñas y adolescentes al tabaco, el alcohol y el cannabis.

Los estándares también identifican los enfoques de prevención que resultan ineficaces para combatir las influencias que incitan a la juventud a consumir sustancias, y presentan recomendaciones específicas para el tratamiento de adolescentes que son usuarios de drogas.

Recomendaciones para los gobiernos

El Reporte Anual de la JIFE hace un llamado a los gobiernos para establecer sistemas de datos epidemiológicos a nivel nacional para monitorear los cambios en las tendencias en el uso de sustancias psicoactivas entre las personas jóvenes. Esto permitirá adoptar medidas de prevención antes de la edad de inicio del consumo (pre-natal, primera infancia, infancia intermedia y temprana adolescencia).

Los gobiernos deben invertir en el desarrollo de conocimiento especializado en el área de prevención y tratamiento el uso de sustancias centrado en las necesidades de las personas jóvenes. Esto debe incluir un programa de capacitación y acreditación nacional para personal profesional de prevención y tratamiento involucrado en la toma de decisiones, la planeación y la ejecución de programas.

El ritmo de aparición de sustitutos químicos no catalogados pone a prueba la fiscalización internacional de precursores

El uso de sustancias químicas no catalogadas como sustitutos de los precursores de drogas que sí se encuentran en las listas está aumentando constantemente a nivel global, además de que una variedad prácticamente ilimitada de productos químicos está siendo utilizada. La catalogación sustancia por sustancia se sigue quedando detrás del ritmo con el que los traficantes de drogas están innovando, mientras que muchas sustancias tienen usos legítimos no conocidos y son difíciles de monitorear. La JIFE insta a los gobiernos a continuar con el debate político más amplio iniciado en 2019 sobre opciones posibles para responder a estos desafíos, y a establecer marcos globales para enfrentar de forma más eficiente el problema de las sustancias no catalogadas.

La JIFE hace una recomendación para incluir un precursor de diseño en la catalogación internacional

La JIFE recomienda la fiscalización internacional del alfa-fenilacetato de metilo (MAPA), un precursor de la anfetamina y la metanfetamina. MAPA no tiene ningún uso legítimo conocido más allá de propósitos de investigación y análisis limitados, y puede ser clasificado como un precursor de diseño, fabricado específicamente para eludir las medidas de fiscalización existentes. En marzo de 2020, ante la recomendación de la JIFE, la Comisión de Estupefacientes votará para someter este producto químico a fiscalización, mediante su inclusión en la Tabla I de la Convención de 1988.

Apoyo continuo a Afganistán

Durante 2018 hubo una reducción sustancial del área total de cultivo ilegal de amapola y de la cantidad de opio producida en el Afganistán, debido a una grave sequía. Sin embargo, la magnitud estimada de la economía de los opiáceos sigue siendo considerable, superando incluso el valor de las exportaciones legales de bienes y servicios del país. La JIFE seguirá asesorando al Gobierno de Afganistán con miras a facilitar la prestación de asistencia en la lucha contra los problemas relacionados con la fiscalización de drogas en el país.

En su reporte 2019, la JIFE reitera la necesidad de priorizar las medidas para hacer frente a la economía de las drogas ilícitas en Afganistán, lo cual debería formar parte de un esfuerzo general para construir paz, establecer la seguridad y alcanzar el desarrollo sostenible en el país. La JIFE hace un llamado a la comunidad internacional para participar en este proceso mediante esfuerzos de asistencia a nivel local, nacional, regional e internacional.

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