Mercados Campesinos, oportunidad de desarrollo en Tumaco

Bogotá, agosto 23 de 2013. Con el fin de promover el trabajo asociativo y la oferta institucional, en días pasados se llevaron a cabo los primeros Mercados Campesinos en las veredas Dos Quebradas, Piñal Salado, San Agustín, Barro Colorado e Isla Grande, del municipio de Tumaco.

Esta iniciativa fue impulsada por los Consejos Comunitarios Río Gualajo, Unión Río Caunapí, Unión del Río Rosario y Rescate las Varas con el direccionamiento de la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito -UNODC-, y el apoyo de la Unidad Administrativa para la Consolidación Territorial -UACT-, Colombia Responde y la Alcaldía Municipal.

Durante el desarrollo de los eventos, estuvieron presentes 156 líderes de 39 veredas distribuidas en los cuatro Consejos Comunitarios, representando a 2.404 familias focalizadas en la estrategia Post Erradicación. Los mercados campesinos se han convertido en una oportunidad para generar desarrollo rural sustentable y sostenible para las familias. Además de ser experiencias exitosas en beneficio de la comunidad, contribuyen al abastecimiento alimentario del municipio y la región, y hacen parte fundamental dentro de la Política Pública de Seguridad Alimentaria y Nutricional implementada en el país, al permitir que la ciudadanía adquiera productos alimenticios con calidad y a precio justo.

Para Celso Preciado, del Consejo Comunitario Unión del Río Rosario, el desarrollo de los Mercados Campesinos tiene su base en dos pilares: la incidencia del campesinado organizado por medio de los Consejos o Asociaciones y a su vez el respaldo que se debe tener de las entidades del estado; y por otra parte, la obtención de una participación económica más justa para las familias campesinas que pueden comercializar de manera más directa sus productos y lleguen de primera mano al consumidor, con precios más equitativos para vendedor y comprador.

Durante las jornadas se realizaron ventas superiores a los ocho millones de pesos y quedó evidenciado cómo la pequeña agricultura desempeña un rol clave como motor de crecimiento en áreas rurales, llevando a un aumento del empleo rural y a la garantía de la seguridad alimentaria tanto de campesinos como de habitantes urbanos.