Tras el acto de presentación, el Consejo Asesor de la Red Mundial de Integridad Judicial elaboró el plan de trabajo de la Red para 2018-2019 y decidió, entre otras áreas prioritarias, aprovechar el potencial de la Red para elaborar una guía práctica sobre cómo desarrollar códigos de conducta judicial.
La integridad judicial es una piedra angular de los sistemas judiciales fuertes y un requisito previo necesario para el estado de derecho y para que exista el derecho a un juicio justo y la confianza pública en el poder judicial. Las normas internacionales existentes y las mejores prácticas proporcionan una serie de técnicas que pueden adoptarse para fortalecer la integridad del poder judicial y prevenir la corrupción en el sector de la justicia. La práctica que se promueve en esta guía es la adopción de un código de conducta judicial.
El principal instrumento internacional que promueve la adopción de códigos de conducta judicial es la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción . En su artículo 11, la Convención establece que " teniendo presente la independencia del poder judicial y su función decisiva en la lucha contra la corrupción, cada Estado Parte, de conformidad con los principios fundamentales de su ordenamiento jurídico y sin perjuicio de la independencia judicial, adoptará medidas para fortalecer la integridad y prevenir las oportunidades de corrupción entre los miembros del poder judicial. Dichas medidas podrán incluir normas relativas a la conducta de los miembros del poder judicial". El hecho de que la adopción de un código de conducta judicial sea una medida explícitamente promovida en el texto del Convenio muestra que los Estados miembros la consideraron un aspecto crucial de los esfuerzos por reforzar la integridad judicial.
Esta guía pretende proporcionar información práctica sobre cómo redactar, aprobar y hacer cumplir un código de conducta para la judicatura. Su propósito es doble: a) Por un lado, ofrecer asesoramiento sobre los pasos de procedimiento que podrían considerarse al elaborar un código de conducta y desarrollar mecanismos para hacerlo cumplir ("Cómo"); y por otro, b) ofrecer orientación sobre el posible contenido sustantivo, basado en el contenido de los Principios de Bangalore sobre la conducta judicial y en ejemplos pertinentes de otros instrumentos regionales y nacionales, así como sobre la posible estructura y el alcance del código ("Qué").
Cabe señalar desde el principio que no se pretende que esta guía sea prescriptiva en cuanto a los pasos procesales concretos, la terminología, la naturaleza jurídica, la estructura, el alcance o las medidas de aplicación. Esta guía sólo promueve que es importante adoptar un instrumento que determine y aclare las normas de comportamiento de los jueces y que establezca mecanismos institucionales para hacer cumplir el instrumento. La guía cuenta con traducción al ruso y al español.
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