La UNODC presentó el Informe Mundial de Drogas 2020 con énfasis en Bolivia

La Paz, 26 de junio de 2020 (Naciones Unidas) – La Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC por su sigla en inglés) en Bolivia, acompañada por el Ministerio de Gobierno y el Consejo Nacional contra el Tráfico Ilícito de Drogas (CONALTID), presentó el Informe Mundial de Drogas 2020, con énfasis de información en Bolivia.

El Informe señala que alrededor de 269 millones de personas consumieron drogas en todo el mundo en 2018, un 30% más que en 2009, mientras que más de 35 millones de personas padecen trastornos por consumo de drogas. 

El Informe también analiza el impacto de COVID-19 en los mercados de drogas, y aunque sus efectos aún no se conocen por completo, las restricciones fronterizas y de otro tipo relacionadas con la pandemia han causado escasez de drogas en las calles, lo que ha provocado un aumento de los precios y una reducción de la pureza.

El aumento del desempleo y la reducción de oportunidades causadas por la pandemia también pueden afectar desproporcionadamente a los más pobres, haciéndolos más vulnerables al consumo de drogas y también al tráfico y el cultivo de drogas para ganar dinero, dice el Informe.

Las restricciones impuestas por la pandemia de COVID-19 alteraron no solo la economía global sino también el mercado mundial de drogas. Las rutas tradicionales han tenido que modificarse debido a la cancelación de vuelos y el cierre de fronteras. Los narcotraficantes buscan nuevas rutas y métodos, ampliando las actividades a través del Internet y los envíos por correo.

Tendencias en el consumo de drogas

El cannabis fue la sustancia más utilizada en todo el mundo en 2018, con un estimado de 192 millones de consumidores. Sin embargo, los opioides siguen siendo los más dañinos, ya que, en la última década, el número total de muertes por trastornos por uso de opioides aumentó un 71 por ciento, con un aumento del 92 por ciento entre las mujeres en comparación con el 63 por ciento entre los hombres.

El consumo de drogas aumentó mucho más rápidamente entre los países en desarrollo durante el período 2000-2018 que en los países desarrollados. Los adolescentes y los adultos jóvenes representan la mayor parte de los que usan drogas, mientras que los jóvenes también son los más vulnerables a los efectos de las drogas porque usan más y sus cerebros aún se están desarrollando.

   

Bolivia y el mundo

En América del Sur, se estima que 2,8 millones de personas, o casi el 1% de la población de 15 a 64 años, eran consumidores de cocaína en 2018. En Bolivia, se estimó que alrededor del 0,6 por ciento de la población de 15 a 64 años eran consumidores de cocaína y 0,2 por ciento consumieron pasta base de cocaína. El consumo de cocaína y pasta base de cocaína en 2018 aumentó desde la encuesta más reciente de 2014, con un aumento en la pasta base de cocaína más pronunciado que el de la cocaína.

El consumo de cocaína en Bolivia fue más frecuente entre los hombres que entre las mujeres. Este consumo fue mayor entre las personas de 16 a 24 años que otros grupos de edad.

El cultivo mundial de arbusto de coca fluctúa dentro de una tendencia general descendente desde 2008 hasta 2013, año desde el cual el cultivo de la coca se incrementó gradualmente. En 2018, se ha registrado una superficie mundial de cultivos de 244.200 hectáreas lo que significa la disminución de un 0,5 % en comparación a 2017. En Bolivia, en 2018, el cultivo de coca disminuyó en 5,7 % en comparación con 2017: La superficie cultivada se redujo en 1.400 hectáreas (ha), de 24.500 ha en 2017 a 23.100 ha en 2018.

La producción de global cocaína durante la gestión 2018 ha alcanzado sus máximas cifras con 1.723 toneladas. El 2018 alcanza su nivel histórico más alto y se estima que la fabricación se ha duplicado entre el 2014 y 2018, un aumento global del 4,6% con respecto a 2017.

Las incautaciones de cocaína en el mundo alcanzaron a 1.311 toneladas, registrando un aumento del 2,3%, con relación a 2017. El 86 % de la cocaína incautada en 2018 se encontró en las Américas, sobre todo en América del Sur, con un 55%, donde tiene lugar la producción y, cada vez más, el consumo.

La cocaína producida en Sud América utiliza diversas rutas y fronteras. Entre otros, pasan por Perú, Bolivia y Brasil con destinos finales en Europa o continuando el tránsito por África Occidental. El tráfico de cocaína desde América del Sur que pasa por Perú, Bolivia y Brasil tiene como destino a España y Portugal, como puerta de ingreso hacia los mercados de Europa Occidental y Central.

Entre 2018 y 2019, en Sud América las incautaciones de marihuana son del 43 % de las incautaciones globales y las incautaciones de cocaína del 55 %. En Bolivia, en 2016, la prevalencia del consumo anual de cocaína fue de 0,4%. El consumo de cocaína alcanzó a cerca de 0,7 % en hombres y 0,3 % en mujeres. Es más común el consumo de pasta base de cocaína entre los grupos socioeconómicos de bajos ingresos. El 0,6 % de la población boliviana de 15 a 64 años eran consumidores de cocaína y 0,2 % consumieron pasta base de cocaína. La tendencia es creciente en ambos con más incidencia en el consumo de pasta base.