La actividad de los tribunales y de los jueces requiere de los estándares profesionales más elevados. En un afán constante por encontrar el equilibrio entre los intereses en conflicto, es necesario que el juez moderno sea sabio, sensible y entendido no solo en asuntos legales, sino también en las áreas de la economía, la seguridad social, la sociología, la psicología, etc.