La UNODC promueve la universalización de los instrumentos jurídicos internacionales relativos al terrorismo nuclear

Representantes de más de 30 Estados Miembros y expertos del Canadá, los Países Bajos, el Grupo de Expertos del Comité del Consejo de Seguridad establecido en virtud de la resolución 1540 (2004), el Organismo Internacional de Energía Atómica, la Oficina de Asuntos de Desarme de las Naciones Unidas y la UNODC se reunieron en Viena los días 20 y 21 de marzo de 2018 para examinar la importancia de ser parte en los instrumentos que componen el marco jurídico internacional relativo al terrorismo nuclear y aplicarlos plenamente.

En su discurso de apertura, John Brandolino, Director de la División de Tratados de la UNODC, recordó a los participantes lo señalado en diciembre de 2017 por el Director Ejecutivo de la UNODC, Yury Fedotov, durante el acto de conmemoración del décimo aniversario de la entrada en vigor del Convenio Internacional para la Represión de los Actos de Terrorismo Nuclear, en el sentido de que el terrorismo nuclear era una de las mayores amenazas para la humanidad y no se debían escatimar esfuerzos en la labor destinada a superar ese problema mundial.

Alexandre Bilodeau, Encargado de Negocios de la Misión Permanente del Canadá ante las Naciones Unidas en Viena, destacó la buena cooperación entre su país y la UNODC en la labor de prevención del terrorismo nuclear. Este curso práctico fue financiado por el Gobierno del Canadá.

El Convenio Internacional para la Represión de los Actos de Terrorismo Nuclear, la Convención sobre la Protección Física de los Materiales Nucleares y las Instalaciones Nucleares y su Enmienda de 2005 prevén, entre otras cosas, mecanismos dirigidos a garantizar que no haya refugio seguro para quienes cometan los actos que se tipifican como delitos en ellos. Sin embargo, esos instrumentos solo funcionarán plenamente cuando todos los países del mundo sean partes en ellos, porque la seguridad solo es tan fuerte como el eslabón más débil de la cadena.

Los participantes en el curso práctico tuvieron la oportunidad de conocer las diferencias y las sinergias entre el Convenio, la Convención y su Enmienda de 2005. Además, examinaron un caso práctico relativo a la aplicación de esos instrumentos; dialogaron sobre las dificultades que enfrentaban los países y las enseñanzas recogidas; reconocieron la importancia de ser parte en los instrumentos y aplicarlos plenamente, y recibieron información sobre las posibilidades de asistencia que ofrecen las distintas organizaciones que estuvieron representadas en el curso.