Viena (Austria), 13 de febrero de 2023 - En muchas regiones del mundo donde se cultivan drogas, el aislamiento y la pobreza son características inherentes. Los agricultores en poblaciones vulnerables cultivan plantíos ilícitos, como la coca y la amapola, porque no logran obtener ingresos suficientes mediante actividades legales. Esto se debe a diversos factores, como la falta de mercados accesibles para los cultivos lícitos, la ausencia de infraestructura básica y el desplazamiento de las comunidades a tierras marginalizadas a causa de conflictos o catástrofes naturales.
Este es el principio sobre el que se centra el concepto de desarrollo alternativo de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). Las intervenciones para el desarrollo alternativo de UNODC tienen como objetivo proporcionar medios de vida sostenibles a las comunidades que cultivan drogas ilícitas. También se dirigen a comunidades que han abandonado los cultivos ilícitos pero que solían cultivar drogas ilícitas en el pasado, o que son vulnerables a volver a hacerlo en el futuro.
Desde 2020, los programas de UNODC han proporcionado asistencia para el desarrollo por un valor de más de 70 millones de dólares. El equipo de UNODC ha trabajado en Afganistán, Bolivia, Colombia, Irán, Myanmar, Nigeria y la República Democrática Popular Lao (RDP Lao) para apoyar el espíritu empresarial, empoderar a las personas más desfavorecidas y ayudar a preservar el medio ambiente.
Las tres fases de los proyectos para el desarrollo alternativo de UNODC
Los proyectos se dividen en tres fases. En la primera se introducen los cultivos de alto valor y nuevas tecnologías. La asistencia técnica proporcionada por UNODC permite implementar iniciativas eficaces de seguridad alimentaria y diversificación de productos para mitigar los efectos de la erradicación de cultivos ilícitos y su sustitución por cultivos lícitos sobre los grupos en situación de vulnerabilidad, en el contexto de un desarrollo agrícola sostenible y en armonía con los ecosistemas locales.
En la segunda fase se consolidan las organizaciones de agricultores; garantiza el acceso al mercado y la competitividad, y se extiende el proyecto a más agricultores. Los productores de cultivos son alentados a introducir mejores estándares de calidad y generar ingresos sostenibles a través de alianzas estratégicas y comerciales.
En la etapa final se garantiza la sostenibilidad y transfieren responsabilidades a las comunidades. UNODC ha brindado asistencia a los agricultores para obtener certificados de propiedad de la tierra, ha ayudado a las mujeres a acceder a propiedad de la tierra y ha capacitado a agricultores en materia de gestión forestal sostenible y reforestación de especies forestales valiosas para eliminar las causas profundas de la deforestación en las áreas donde se desarrollan los proyectos.
La segunda y la tercera fases son tan importantes como la primera. Como mencionó la Directora Ejecutiva de UNODC, la Sra. Ghada Waly, durante la 63ª sesión de la Comisión de Estupefacientes en 2020, "El desarrollo alternativo consiste en mucho más que pasar de un cultivo a otro. Requiere la creación de productos para los que exista demanda en el mercado, el apoyo a las iniciativas empresariales, la participación de la sociedad civil, el empoderamiento de las personas desfavorecidas y la preservación del medio ambiente. Esto es el verdadero desarrollo sostenible".
Al destacar la importancia de la demanda para generar ingresos mediante productos alternativos lícitos, UNODC colabora con sus aliados en todo el mundo para facilitar a los productores el acceso a los mercados sostenibles. Uno de los éxitos más destacados ha sido la alianza de la Oficina con el productor francés de café Malongo para capacitar a las comunidades en el cultivo de café en lugar de cultivos ilícitos.
Acuerdos de cooperación entre UNODC y Malongo
Agricultores de la cooperativa Oro Verde de Myanmar, la Asociación Integral de Productores Agroecológicos "El Mirador" (ASIPAEM) de Bolivia y la Cooperativa de Café Vanmai de la RDP Lao firmaron directamente acuerdos comerciales de largo alcance con Malongo, en 2018, 2020 y 2021, respectivamente.
Estos acuerdos son contratos a plazo que se renegocian cada año en función de las cotizaciones bursátiles. Incluyen la elaboración de una hoja de ruta de asistencia técnica para ayudar a garantizar el control de calidad y los rendimientos, además de un plan para aumentar la exportación a 400 toneladas durante los próximos cinco años. En 2022, esta asociación exportó 300 toneladas de café con certificación Fairtrade a Europa, lo que generó ingresos rentables y sostenibles para miles de hogares de agricultores de Bolivia, Myanmar y la RDP Lao.
Gracias a que todas las cooperativas han obtenido la licencia Fairtrade, Malongo puede garantizar que el café que llega a los consumidores es ético y rastreable, y que los agricultores tienen garantizado un precio justo por su café. La certificación promueve la agricultura orgánica, apoya los sistemas agroforestales y prohíbe el uso de pesticidas peligrosos y productos transgénicos. También empodera a las mujeres y ayuda a las organizaciones aliadas a avanzar hacia la igualdad de género.
Próximamente el programa de desarrollo alternativo también se aplicará en Colombia. En octubre de 2022, UNODC y Malongo, en coordinación con el Gobierno colombiano, seleccionaron a dos organizaciones productoras de café con un alto potencial para la producción de calidad con las que se definirá una hoja de ruta para la asistencia técnica.
Los productores están ubicados en los municipios de Ituango, en el departamento de Antioquia, y Miranda, en el departamento del Cauca. El objetivo de la alianza es comenzar a exportar a Europa en 2023 café de calidad Fairtrade proveniente de zonas afectadas por economías de cultivos ilícitos, además de mejorar la calidad de vida de 400 hogares.