La posición común consiste en ocho principios comunes en apoyo del documento final del período extraordinario de sesiones y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

 

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“Nos comprometemos a apoyar la aplicación práctica del documento final del período extraordinario de sesiones de la Asamblea General sobre el problema mundial de las drogas, celebrado en abril de 2016, la resolución S-30/1 de la Asamblea General, titulada “Nuestro compromiso conjunto de abordar y contrarrestar eficazmente el problema mundial de las drogas,” como marco para la acción, en que se traza un camino para promover políticas de fiscalización de drogas más eficaces y humanas, apoyando el compromiso asumido en el contexto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de no dejar a nadie atrás”

 

 

 

“Reconocemos que el problema mundial de las drogas es complejo y polifacético y que los desafíos que plantean las drogas tienen efectos adversos de amplio alcance en la seguridad, los derechos humanos y el desarrollo”

 

 

 

 

“Recalcamos que el carácter polifacético del problema exige la adopción de un enfoque amplio que incluya acciones en materia de aplicación de la ley que garanticen la seguridad de las personas y acciones que promuevan la salud, los derechos humanos —como la igualdad y la no discriminación—, y el desarrollo sostenible”

 

 

 

“Nos comprometemos a promover un enfoque verdaderamente equilibrado y de base empírica en virtud del cual se preste suficiente atención a las medidas que abordan las causas fundamentales del consumo y el cultivo de drogas y otras formas de participación en el comercio de drogas”

 

 

"Reconocemos que tenemos una responsabilidad común y compartida de colaborar, en particular por conducto de la Comisión de Estupefacientes, para aplicar un enfoque coordinado, equilibrado y amplio que se traduzca en soluciones sostenibles y de base empírica;conocemos que tenemos una responsabilidad común y compartida de colaborar, en particular por conducto de la Comisión de Estupefacientes, para aplicar un enfoque coordinado, equilibrado y amplio que se traduzca en soluciones sostenibles y de base empírica"

 

 

“Consideramos que la preocupación por la salud y el bienestar de la humanidad es la base de los tres tratados de fiscalización internacional de drogas que, junto con otros instrumentos internacionales pertinentes, constituyen la piedra angular del sistema de fiscalización internacional de drogas"

 

 

“Estimamos que los tratados ofrecen a los países suficiente flexibilidad para formular y aplicar políticas nacionales en materia de drogas con arreglo a sus prioridades y necesidades, de conformidad con el principio de la responsabilidad común y compartida y con el derecho internacional aplicable"

 

 

"Consideramos que los tratados de fiscalización internacional de drogas, los tratados internacionales de derechos humanos y otros instrumentos pertinentes, así como la Agenda 2030, son complementarios y se refuerzan mutuamente. Los Estados deberían diseñar y aplicar programas, estrategias y políticas nacionales para el control de drogas con arreglo a sus obligaciones en materia de derechos humanos."