Este módulo es un recurso para los catedráticos

 

Introducción

 

¿Qué es lo primero que piensa cuando lee el tema «el género y la delincuencia organizada»? ¿Historias de mujeres jóvenes, hermosas y exóticas que son las parejas sumisas de hombres que también son exóticos, pero a la vez peligrosos líderes de grupos delictivos organizados? ¿Imágenes de delincuentes masculinos transnacionales que operan desde las sombras y que se aprovechan de chicas extranjeras, frágiles e inocentes? ¿Hombres que lideran, incluso desde la cárcel, complicadas redes de tráfico por todo el mundo? ¿Mujeres astutas y conspiradoras que «toman el poder» de lo que se describe principalmente como un submundo principalmente de hombres?

Apoyándose y, al mismo tiempo, alimentando la fascinación colectiva de la sociedad por la delincuencia organizada, las series de televisión y en línea, las películas, los libros e incluso la literatura académica de todo el mundo ofrecen varias representaciones de hombres, y mujeres, involucrados en este negocio ilícito, pero, a su vez, muy rentable. Entre a cualquier librería en el mundo y es muy probable que encuentre una variedad de libros que aseguran contar la «verdadera historia» de los narcotraficantes o de las pandillas transnacionales de jóvenes; abundan videos y series de televisión con los logros de los miembros varones de los grupos delictivos organizados y organizaciones terroristas que se confabulan con cualquier persona, desde traficantes de drogas hasta tratantes de personas. Las mujeres tienden a no estar representadas con tanta frecuencia, pero cuando sí lo están, se les suele relegar a roles secundarios; son mujeres determinadas, pero a la vez apéndices indiferentes para sus contrapartes masculinos, a veces femme fatales y, por lo general, no verdaderamente autónomas. Cuando se las representa en posiciones de liderazgo, es generalmente para demostrar lo que les sucedió por ir en contra de los roles de género. Por ejemplo, tome el caso de Sandra Avila Beltrán, conocida por las fuerzas del orden mexicanas como La Reina del Pacífico, que operaba una empresa de cocaína exitosa y que al final terminó en una prisión estadounidense. O el caso de Sister Ping, cuya rentable carrera de tráfico ilícito de migrantes de China terminó luego de la trágica muerte por asfixia de un grupo que ella coordinó.

Estudiosos en criminología crítica y género nos han advertido: ninguna de estas representaciones es neutra o apolítica. Las historias y narrativas del delito transmiten mensajes sobre el género. Todos nosotros en el contexto de nuestras vidas reproducimos estos mensajes sobre lo que los hombres y las mujeres hacen, deben o no deben hacer. Estos mensajes se representan en lo que consumimos a través de los medios de comunicación, pero también en nuestra vida cotidiana e interacciones con los demás. Puede que estos mensajes discutan las experiencias, retos y perspectivas solo parcial o superficialmente, pero sí se enfocan en los estereotipos que se pueden asumir como realidades que se reflejan. Por ejemplo, piense en cómo las personas tienden a asociar los delitos como el tráfico de drogas o el terrorismo con hombres de nacionalidades específicas, o en cómo las mujeres son las primeras que vienen a la mente cuando se menciona la trata de personas. No solo es cuestión de mencionar a los hombres o a las mujeres, sino de cómo se encuentran representados: como hombres violentos, codiciosos y habilidosos o como mujeres ingenuas, jóvenes y migrantes.

¿Es verdadera, o incluso válida, la manera en que los hombres y las mujeres se encuentran representados en el delito? ¿Cómo determinan las propias nociones de género de las personas la manera en que comprenden la delincuencia organizada? ¿Por qué es que las ideas sobre raza y clase también son una parte tan común de las representaciones de la delincuencia organizada? En resumen, ¿por qué debería importarnos el género cuando se analiza la delincuencia y, en especial, la delincuencia organizada?

El presente módulo responde estas preguntas. Se basa en conceptos teóricos, ejemplos extraídos de investigaciones empíricas y estudios de caso para demostrar las maneras en que las personas experimentan y responden al delito dependiendo de su género. Asimismo, muestra cómo el género y la manera en que se representa y se entiende el género determinan los resultados del sistema de justicia penal. En otras palabras, los hombres y las mujeres tienen diferentes experiencias. Por lo tanto, no debería ser una sorpresa que estas diferencias también se encuentren presentes en la manera en que los hombres y las mujeres experimentan el sistema de justicia penal.

Este módulo presenta conceptos básicos de género en el estudio sobre la delincuencia organizada. Mediante los estudios de caso y ejemplos extraídos de investigaciones empíricas, el módulo resalta la importancia de tener una perspectiva de género al explorar el delito, la tipificación y los procesos de administración de justicia (para información adicional, consulte el Módulo 13: Trata de Personas y Tráfico Ilícito de Migrantes de la serie de módulos universitarios acerca de la dimensión de género en el tráfico ilícito de migrantes y la trata de personas; el Módulo 10: Prevención del Delito y Justicia Penal de la serie de módulos universitarios acerca de la dimensión de género en el sistema de justicia penal y el Module 9: Integridad y Ética de la serie de módulos universitarios acerca de la dimensión de género de la ética). Este módulo se basa en la teoría académica existente e integra la investigación producida para una conferencia académica internacional sobre «El género y la delincuencia organizada» y presentada durante esta, organizado por la iniciativa Educación para la Justicia (E4J) de la UNODC y el Centro de Políticas Migratorias del Instituto Universitario Europeo, en julio de 2018, en Florencia, Italia.

Glosario

Cisgénero: término utilizado para referirse a los individuos cuyo sentido de su propio género se alinea con el sexo que se les asignó al nacer.

Clasismo: prejuicio en contra de las personas que pertenecen a una cierta clase social.

Feminidad: patrón de comportamiento social que se asocia con los ideales sobre cómo las mujeres y las niñas deben comportarse y su posición dentro de las relaciones de género.

Feminización de la pobreza: conjunto de fenómenos que se refieren a una creciente brecha entre las mujeres y los hombres atrapados en el círculo de la pobreza.En todo el mundo, las mujeres sufren más de pobreza extrema que los hombres, y la pobreza de la mujer tiene una tendencia más notable a crecer, en gran parte, por el aumento en el número de hogares encabezados por una mujer.

Género: término utilizado para describir los roles, comportamientos, actividades y atributos que una sociedad determinada en un tiempo determinado considera apropiado para los hombres y las mujeres. Además de los atributos y las oportunidades sociales asociados con el hecho de ser hombre o mujer y las relaciones entre mujeres y hombres, y entre niñas y niños, el término «género» también se refiere a las relaciones entre mujeres y hombres. Estos atributos, oportunidades y relaciones se construyen socialmente y se aprenden a través de los procesos de socialización.

Insensibilidad a las diferencias de género: la falta de reconocimiento de que los roles y las responsabilidades de los hombres y los niños y de las mujeres y las niñas se les asignan en y en contra de contextos y entornos sociales, culturales, económicos y políticos específicos. Los proyectos, los programas, las políticas y las actitudes que apoyan la insensibilidad a las diferencias de género no tienen en cuenta estos diferentes roles y estas diversas necesidades, mantienen el statu quo y no ayudarán a transformar la estructura desigual de las relaciones de género.

Discriminación de género: toda distinción, exclusión o restricción basada en el sexo, género u orientación sexual (los motivos de discriminación relevantes en este módulo) que tenga por objeto o resultado, para una persona o grupo de personas, menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos humanos y las libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural y civil o en cualquier otra esfera [Naciones Unidas, 1979. Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer. Artículo 1].

Igualdad de género: término que hace referencia a la igualdad de derechos, responsabilidades y oportunidades de mujeres y hombres y de niñas y niños. La igualdad no significa que las mujeres y los hombres sean iguales, sino que sus derechos, responsabilidades y oportunidades no dependerán de si nacen hombre o mujer. La igualdad de género implica que se tomen en cuenta los intereses, necesidades y prioridades tanto de las mujeres como de los hombres, reconociendo la diversidad de los distintos grupos de mujeres y hombres. La igualdad entre mujeres y hombres se considera como un asunto de derechos humanos y la condición previa a un desarrollo sostenible que se centra en las personas, así como un indicador de este.

Enfoque neutro en cuanto al género, sensible al género, transformativo de género: estos términos describen enfoques que no consideran el género y no afectan las normas, los roles y las relaciones (neutro en cuanto al género); consideran y abordan las normas, los roles y el acceso a los recursos en cuanto al género solo en la medida que se necesite para alcanzar los objetivos del proyecto (sensible al género); consideran que el género es lo más importante y transforman las relaciones desiguales entre los géneros para promover un poder compartido, el control de los recursos, la toma de decisiones y el apoyo al empoderamiento de las mujeres (transformativo de género).

Normas de género: ideas sobre cómo los hombres y las mujeres deben ser y actuar. Estos son los estándares y las expectativas de lo que generalmente conforma la igualdad de género, dentro de un rango que define una sociedad, cultura y comunidad particular en ese momento.

Interseccionalidad: un concepto que a menudo se utiliza en las teorías críticas para describir el hecho de que las personas pueden estar sujetas a múltiples y complejas formas de discriminación, relacionadas con varias especificidades de la identidad o la circunstancia. Estas formas de discriminación pueden basarse en: la raza/etnia, la condición indígena o de minoría, el sexo, la edad, la identidad de género, la orientación sexual, la religión o cualquier otra creencia, opinión política, nacionalidad, estado de salud, ubicación urbana/rural o lejanía geográfica. Estas categorías se encuentran interconectadas y no se pueden examinar por separado.

LGBTI: un acrónimo para referirse a las personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales. En algunos contextos, «intersexual» —personas que nacieron con una anatomía reproductiva o sexual que parece no encajar con las definiciones típicas de mujer u hombre no se incluye (LGBT); en otros, la Q se agrega para representar «queer» / «questioning» (LGBTQ); o se agrega el símbolo «+» para referirse a otras personas con distintas orientaciones sexuales e identidades de género (tales como asexual, pansexual, entre otros).

Masculinidad: patrón de comportamiento social que se asocia con los ideales sobre cómo los hombres y los niños deben comportarse y su posición dentro de las relaciones de género.

Racismo: prejuicio, discriminación o antagonismo dirigido contra alguien de una raza/etnia distinta con base en la creencia de que la propia raza/etnia es superior.

Sexo: cualquiera de las dos categorías principales (hombre o mujer) en la que se dividen los humanos y la mayoría de los otros seres vivos con base en sus funciones reproductivas.

Sexismo: prejuicio, estereotipo o discriminación, generalmente contra las mujeres, con base en el sexo.

Orientación sexual: término que se refiere a la atracción sexual o romántica hacia otras personas. Este término no se debe confundir con la atracción hacia el mismo sexo (es decir, la orientación sexual gay o lesbiana). Las personas heterosexuales (aquellos que sienten atracción por las personas de un sexo diferente al de ellos) tienen una orientación sexual heterosexual. Las características sexuales y la identidad de género no determinan la orientación sexual.

Estereotipo: una imagen o idea ampliamente difundida, pero fija y demasiado simplificada de una persona/grupo o cosa.

Estigma: una marca de deshonra que se asocia con una circunstancia, cualidad o persona.

Construcción social: significados, nociones y connotaciones que no existen objetiva o inherentemente, sino debido a la interacción humana.

Transgénero: «un término general que se usa para describir a las personas de distintas identidades —incluyendo a las personas transexuales, los travestis, las personas que se identifican como un tercer género y otras cuya apariencia y características son atípicas en cuanto al género y cuyo sentido de su propio género es diferente del sexo que les asignó al nacer. Las mujeres trans se identifican como mujeres, pero se les clasificó como varones cuando nacieron. Los hombres trans se identifican como hombres, pero se les clasificó como mujeres al nacer» (UNFE, n/a).

Varias de las definiciones en este glosario se basan en las que se encuentran en el «Glosario de igualdad de género del Centro de Capacitación de la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres».

 

Temas tratados

  • Delincuencia organizada
  • Género
  • Interseccionalidad
  • Estereotipos
 

Logros de aprendizaje

  • Explicar la diferencia entre género y sexo
  • Comprender y utilizar las herramientas conceptuales/teóricas básicas sobre el género (p. ej., género, sexo, interseccionalidad)
  • Comprender las implicancias y la importancia de incluir el género en el estudio de la delincuencia organizada, la tipificación y la administración de justicia penal
 
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