Este módulo es un recurso para los catedráticos 

 

El papel de los medios de comunicación en la lucha contra la corrupción

 

Los medios de comunicación (incluidas las redes sociales) tienen un papel importante en la lucha contra la corrupción, ya que pueden exigir rendición de cuentas y transparencia de los sectores público y privado. Hay varios estudios que han demostrado la correlación entre la libertad de prensa y la corrupción (Bolsius, 2012; Brunetti y Weder, 2003; Chowdhury, 2004; Fardig, Andersson y Oscarsson, 2011). Los medios de comunicación proporcionan información sobre la corrupción del sector público cuando la actividad gubernamental es opaca por diseño o por defecto. Los medios de comunicación, y en particular el periodismo de investigación, desempeñan un papel crucial en exponer la corrupción al escrutinio público y luchar contra la impunidad. Esto se establece en el informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) sobre el papel de los medios de comunicación y el periodismo de investigación (2018). El Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) ofrece un ejemplo destacado de las actividades de cooperación internacional que llevaron el fraude y la corrupción a la atención del público y las autoridades policiales. La publicación de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) Reporting on Corruption: A Resource Tool for Governments and Journalists (2014) examina y aclara las buenas prácticas en la profesión periodística y en la legislación que promueve libertades más amplias de opinión y expresión que pueden apoyar los esfuerzos contra la corrupción.

En muchos países, los medios de comunicación se enfrentan a personas o prácticas poco éticas y a menudo pueden ser el catalizador de una investigación penal o de otro tipo. Por ejemplo, en Sudáfrica, los informes de noticias sobre corrupción a gran escala y clientelismo en los niveles más altos llevaron a la Oficina del Protector Público (un defensor del pueblo independiente) a investigar las denuncias. Esta investigación condujo en el 2014 al Nkandla report y en el 2016 al State Capture report que halló la actividad poco ética e ilegal del entonces presidente Jacob Zuma, lo que contribuyó a su decisión de renunciar en febrero de 2018. En Bulgaria, en 2019, una investigación conjunta realizada por Radio Free Europe y la ONG Anti-Corruption Fund reveló que muchos políticos y funcionarios públicos de alto nivel habían adquirido apartamentos de lujo a precios muy por debajo de los precios del mercado. Esta investigación condujo a la renuncia del entonces Ministro de Justicia, tres viceministros, varios parlamentarios y el jefe de la Agencia Búlgara contra la Corrupción. Stapenhurst (2000) ha descrito estos tipos de resultados como los "efectos tangibles" de la lucha de los medios de comunicación contra la corrupción, mientras que los "efectos intangibles" de los esfuerzos contra la corrupción de los medios incluyen "un mayor pluralismo político, un debate político animado y un sentido elevado de rendición de cuentas entre políticos, instituciones y organismos públicos".

Las denuncias de los medios de comunicación sobre la corrupción también han tomado el centro del escenario a nivel mundial. Un caso que demuestra la importancia de los periodistas y los medios de comunicación para detectar incidentes de corrupción es el caso Mossack Fonseca Papers (ampliamente conocido como el caso Panama Papers [o Papeles de Panamá]). En 2015, una fuente anónima filtró documentos de la firma panameña Mossack Fonseca al periódico alemán Süddeutsche Zeitung. El periódico investigó los documentos con la ayuda del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés) y publicó más de 11.5 millones de documentos que contienen información sobre fideicomisos secretos, transacciones financieras con paraísos fiscales y más de 200,000 entidades extraterritoriales (la base de datos en línea Offshoreleaks, creada por ICIJ, proporciona acceso abierto a todos los documentos filtrados de Mossack Fonseca). La publicación de estos documentos ha llevado a demandas en numerosos países de todo el mundo. Se han recuperado más de USD1,200 millones en países como Islandia, Uruguay, México, Nueva Zelanda, Bélgica y el Reino Unido. Véase la lista de países que han iniciado investigaciones como resultado de los documentos de Mossack Fonseca y cuánto dinero han recuperado aquí. Para obtener más información, considérese también esta descripción interactiva del ICIJ sobre el impacto que la exposición de los documentos tuvo sobre la corrupción en todo el mundo.

Stapenhurst (2000) distingue formas tangibles (directas) e intangibles (indirectas) en las que los medios de comunicación ayudan a detectar la corrupción. Los ejemplos de efectos tangibles de exponer la corrupción en los medios de comunicación incluyen: alimentar la indignación pública por la corrupción en el gobierno, forzar el juicio político y la renuncia de un funcionario corrupto, promover investigaciones formales sobre la corrupción y estimular la presión ciudadana para la reforma de los Estados corruptos. Un ejemplo de un efecto intangible de los medios de comunicación sobre la corrupción es aumentar la conciencia pública sobre la débil competencia económica y el hecho de que una mayor competencia podría aumentar la rendición de cuentas y crear incentivos para que los funcionarios públicos investiguen la corrupción (Stapenhurst, 2000).

La medida en que los periodistas pueden ayudar a detectar la corrupción depende de si los medios de comunicación son libres e independientes.  Para que los medios de comunicación y el periodismo jueguen un papel efectivo en la detección de la corrupción, los medios deben ser libres e independientes. Las leyes de libertad de información (FOI, por sus siglas en inglés) son importantes para determinar el papel de los medios de comunicación en la detección de la corrupción. Además, deben existir marcos legislativos para proteger a los periodistas y sus fuentes frente a demandas, recriminación y victimización infundadas (OCDE, 2018). En el extremo de la escala, los denunciantes y los periodistas han sido asesinados por su papel en la exposición de la corrupción (véase aquí y aquí). UNODC ha desarrollado la siguiente herramienta de recursos para denunciar la corrupción para periodistas y gobiernos.  Para una amplia discusión sobre ética, integridad y medios de comunicación, véase el Módulo 10 de la serie de módulos universitario de E4J sobre Integridad y Ética.

A pesar de la importancia y la utilidad de los medios de comunicación en la lucha contra la corrupción, la propiedad de los medios puede socavar los esfuerzos contra la corrupción, especialmente cuando los políticos, los líderes empresariales o las élites corruptas influyen indebidamente en los medios. En tales casos, los informes de los medios de comunicación pueden estar sesgados y ser utilizados para manipular a los ciudadanos (Freille, Harque y Kneller, 2007). Los periodistas de investigación han denunciado intimidación, intentos de socavar su credibilidad profesional y represiones políticas. Además, los periodistas a menudo reciben amenazas de muerte y algunos han sido asesinados debido a sus investigaciones sobre corrupción (OCDE, 2018). Según el reporte del Comité para la Protección de los Periodistas, 34 periodistas fueron asesinados solo en 2018. Los periodistas independientes están más expuestos a la violencia que otros periodistas, probablemente porque carecen de protección institucional adecuada (OCDE, 2018) y también es más probable que acepten trabajos de mayor riesgo. Además, los propietarios de medios de comunicación privados o el Estado pueden interferir en gran medida con la libertad de expresión.

Las redes sociales se consideran más accesibles y resistentes al control de arriba hacia abajo en comparación con los medios tradicionales. Las redes sociales combaten la corrupción al proporcionar información en forma de análisis, comentarios y promoción y mediante investigaciones y crowdsourcing. Las redes sociales proporcionan una salida para el llamado "periodismo ciudadano", ya que existen diversas plataformas de redes sociales donde las y los ciudadanos pueden proporcionar información sobre la corrupción, que luego es investigada por autoridades gubernamentales o periodistas. Las redes sociales también pueden movilizar a la opinión pública de una manera que aumente la participación de la ciudadanía en problemas particulares (Robertson, 2018) y, al alcanzar cierto nivel, esto puede conducir a levantamientos y cambios en el gobierno, como ha ocurrido en varios países como Tunisia, Egipto y Armenia a través del activismo en Twitter (Enikolopov, Petrova y Sonin, 2018). A pesar del efecto positivo que las redes sociales pueden tener al involucrar a las y los ciudadanos en la lucha contra la corrupción, se debe tener en cuenta que las plataformas de los medios de comunicación contemporáneos son vulnerables al abuso, lo que puede conducir a la difusión sostenida de la desinformación entre la ciudadanía. En particular, la creciente prevalencia de información falsa difundida a través de las redes sociales, conocida como "fake news" (bulos o noticias falsas), se ha convertido en una gran amenaza para la confianza del público en los medios de comunicación principales e independientes. Las noticias falsas no solo difunden información incorrecta, sino que a menudo también se usan con intenciones maliciosas, por ejemplo, desacreditar a los adversarios políticos al poner en duda su integridad a través de informes armados que alegan conductas corruptas, o para desacreditar a periodistas que denuncian de manera precisa casos de corrupción (Kossow, 2018 ) Contrarrestar tales abusos requiere esfuerzos coordinados de toda la sociedad, lo que nuevamente recuerda los problemas de acción colectiva mencionados anteriormente. Para una discusión adicional sobre periodismo ciudadano y plataformas de redes sociales, véase el Módulo 10 de la serie de módulos universitarios de E4J sobre Integridad y Ética.

 
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