Este módulo es un recurso para los catedráticos 

 

Extorsión organizada

 

La extorsión sistemática también se ha llamado con frecuencia extorsión organizada. Como se discutió en el Módulo 2,

la extorsión organizada es un delito diferente en algunos países. Aunque tanto la extorsión como la extorsión organizada implican intimidación, violencia, corrupción y coacción planificadas, la extorsión organizada connota el objetivo de los grupos delictivos organizados no sólo de vender bienes y servicios ilegales, sino también de crear monopolios delictivos mediante la extorsión y el control de aquellos que proporcionan bienes y servicios ilegales. Las condiciones subyacentes a la existencia de la extorsión organizada son la presencia de objetivos vulnerables, el control social ineficiente y la motivación de los autores del delito.

El término «protección extorsiva», mencionado anteriormente en este módulo, es un término análogo a la extorsión organizada, que implica circunstancias en las que una víctima entrega dinero bajo coacción a cambio de evitar daños a un negocio, a una obra de construcción o daños a los empleados y clientes. Existen numerosos relatos documentados de grupos delictivos organizados que se infiltran en sindicatos de construcción, hoteles, restaurantes y en la industria de la confección, la alimentación y la eliminación de residuos. Los grupos delictivos organizados en múltiples lugares del mundo han exigido sistemáticamente coimas (es decir, pagos secretos de sobornos) en los contratos para garantizar la paz laboral o el envío sin interrupciones de suministros (Rusev, 2016).

De esta manera, los miembros de poderosos grupos delictivos organizados han cobrado salarios de empresas sin realizar ningún trabajo, después de haber amenazado a las empresas. Estos trabajos ficticios «en los libros» son fraudulentos y se crean para ocultar sus fuentes de ingresos ilícitos (Capeci y Mustain, 1996; Jacobs con Friel y Radick, 1999; Maas, 1999).

No existe un estimado preciso del alcance de la extorsión organizada, aunque se han realizado estudios empíricos sobre dicho tema. Por ejemplo, las entrevistas realizadas a propietarios de empresas en comunidades étnicas de la ciudad de Nueva York revelaron que la mayoría admitió que las pandillas se acercaban a ellos para pedirles dinero, bienes o servicios y que la mayoría de dichos negocios pagaban lo que se les pedía. En otros lugares del mundo, hasta cuatro quintas partes de todos los negocios han pagado alguna forma de extorsión, aunque las cifras varían. Estos estudios muestran que la extorsión organizada sistemática ocurre más a menudo con pequeñas empresas en lugares urbanos, donde no se puede confiar en la Policía para la protección (Chin, Ko-lin, 1996; Finckenauer y Waring, 2000; Finckenauer y Ko-lin Chin, 2007; Gambetta, 1996; Paoli, 2003; Tulyakov, 2001). 

Cobro por “derecho de piso” 

En varias partes del mundo, comerciantes, industriales o profesionistas de todas categorías tiene que doblegarse a las amenazas de grupos delictivos organizados por miedo y cumplir con este pago ilícito (conocido como “cobro por derecho de piso” en vario países de América Latina o “pizzo” en Italia, por ejemplo), que busca obtener de sus víctimas un porcentaje de sus ganancias o ingresos. Esta modalidad de extorsión afecta directamente a comerciantes pequeños y grandes y en algunos países ha alcanzado niveles asombrosos

La extorsión por parte de funcionarios públicos (más que por parte de grupos delictivos organizados) también podría ocurrir como una extorsión organizada continua cuando los funcionarios públicos están acostumbrados a amenazar con ejercer su autoridad oficial si no reciben un pago o un favor (que, por lo tanto, se proporciona bajo coacción). Las acciones amenazantes pueden incluir la redacción de una citación, la prestación de un falso testimonio, la realización de una inspección oficial, la invención de una acusación penal, así como la denegación de un contrato gubernamental. Por lo tanto, la extorsión organizada se aplica a una variedad de comportamientos sistemáticos, todos los cuales implican la obtención de bienes mediante la coacción o las amenazas, implícitas o explícitas, de algún daño futuro.

Se ha encontrado en algunos casos que las víctimas están dispuestas a pagar la extorsión a grupos delictivos organizados poderosos para su protección a fin de evitar ser extorsionados por una serie continua de delincuentes o bandas locales. En diferentes países y continentes, el uso de la extorsión de manera sistemática parece ocurrir con cierta regularidad (Anita, 2009; Rusev, 2016; Chin, Ko-lin, 1996). 

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