Este módulo es un recurso para los catedráticos  

 

Efectos de la corrupción

 

Los efectos de la corrupción son muy diversos. Algunos de estos efectos son bastante obvios, pero otros requieren una explicación. Estos son:

El socavamiento de los objetivos de desarrollo sostenible

La corrupción dificulta el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. Los ODS son extensos y la vulnerabilidad que tienen de verse socavados por la corrupción no causa sorpresa: es perfectamente posible que «un futuro mejor y más sostenible para todos» a menudo vaya en contra de los intereses de unos pocos y pueda arruinarse a través de muchas formas de corrupción. Cuando la capacidad del Estado se ve disminuida, las naciones no logran eliminar la pobreza, hacer frente al hambre, asegurar una buena atención de la salud y una educación de alta calidad para sus ciudadanos, garantizar la igualdad de género y otros derechos humanos, reducir la desigualdad, etc. De particular importancia es el Objetivo 16 de los ODS (u ODS 16), titulado «Paz, justicia e instituciones fuertes», que tiene como objetivo «promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar el acceso a la justicia para todos y crear instituciones eficaces, responsables e inclusivas en todos los niveles». Dado el claro vínculo causal entre la corrupción y las instituciones que son ineficaces, irresponsables y exclusivas, tres metas del ODS 16, a saber, 16.4, 16.5 y 16.6, exigen específicamente reducir todas las formas de corrupción, fortalecer la recuperación y devolución de bienes robados y crear instituciones transparentes. Al mismo tiempo, la corrupción limita realizar todos los ODS en muchos aspectos, ya que las grandes sumas que se pierden debido a la corrupción podrían haberse utilizado para mejorar el nivel de vida aumentando el acceso a la vivienda, salud, educación y agua. Por ejemplo, la Unión Africana estima que se pierde el 25 % del producto interno bruto (PIB) de África debido a la corrupción (UNODC, 2015). Aidt (2010) examina la relación entre la corrupción y el desarrollo sostenible y encuentra que existe una correlación negativa entre la corrupción y el crecimiento, y que la primera puede llevar a un país por un camino no sostenible en el que se erosiona su base de capital. Además, se ha enfatizado reiteradamente la relación entre corrupción y desarrollo sostenible en las resoluciones adoptadas por la Conferencia de los Estados Parte de la CNUCC. Por tanto, se requiere que la comunidad global vea la corrupción como un obstáculo para realizar los ODS y que se intensifique la lucha contra la corrupción si realmente deseamos cumplirlos. El apéndice incluye una tabla con los ODS que explica brevemente cómo la corrupción se relaciona con cada uno de los 17 ODS. Para cada ODS, la tabla también indica qué módulos de la Serie de Módulos Universitarios de E4J sobre Anticorrupción abordan la relación entre la corrupción y el ODS específico.

Pérdidas e ineficiencia económicas

Aunque es difícil obtener cifras exactas sobre los costos económicos de la corrupción, un informe de 2016 del Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó que solo el costo que genera el soborno oscila entre 1,5 y 2 billones de dólares por año. Esto representa pérdidas económicas de aproximadamente el 2 % del PIB mundial. Y, sin embargo, esto no considera el costo económico de todas las demás formas de corrupción. Con respecto al fraude, lavado de dinero y elusión de impuestos, por ejemplo, los miles de documentos filtrados del estudio de abogados Mossack Fonseca (conocido comúnmente como los papeles de Panamá) expusieron las grandes consecuencias económicas que generan las entidades extraterritoriales para muchas naciones y para la desigualdad económica en general. Por último, más allá de la pérdida económica irrecuperable, hay que considerar la ineficiencia económica. Cuando los trabajos (o contratos) se dan a personas (o compañías) que ofrecen sobornos o tienen una relación personal, se perjudica a la competencia. Como resultado, se rechazan a los candidatos y empresas más calificados. Cuanto más se difunden estas prácticas, más ineficiente se vuelve la economía. La corrupción en los países en desarrollo puede producir subdesarrollo. Esta situación se da cuando las iniciativas económicas y humanitarias internacionales se desvían al malversar o entregar el dinero obtenido de los préstamos y la ayuda a contratistas no calificados que han ganado sus licitaciones mediante acciones corruptas (comisiones ilegales, sobornos, nepotismo, etc.). Además, se reduce la inversión en el capital físico y humano a medida que se desvían los recursos de su uso más provechoso.

Pobreza y desigualdad

Por lo general, la corrupción no es el arma de los débiles. En Nigeria, el infame caso de soborno, que involucra a la compañía petrolera internacional Shell, privó al pueblo nigeriano de más de 1100 millones de dólares al destinar ese dinero a funcionarios corruptos y no al presupuesto nacional (Global Witness, 2017). Mientras tanto, según el Banco Mundial (2019), más del 50 % de la población del país rico en petróleo vive en condiciones de pobreza extrema. Con este ejemplo se muestra que en la medida que los sistemas políticos y económicos se subordinan a los elementos corruptos, la riqueza se redistribuye a las fuentes menos necesitadas. Los mecanismos como la representación política y la eficiencia económica se ven comprometidos al actuar en provecho propio y realizar intercambios secretos. Cuando existe corrupción, la financiación de la educación, la atención de la salud, el alivio de la pobreza y los gastos de funcionamiento de los partidos políticos y las elecciones pueden convertirse en una fuente de enriquecimiento personal para los funcionarios, burócratas y contratistas del partido. En consecuencia, sufren los programas sociales y el potencial redistributivo de los sistemas políticos. Un resultado clave de todos los casos mencionados es un estado de oportunidad desigual en el que las ventajas solo favorecen a aquellos que forman parte de una red corrupta.

Pérdidas personales, intimidación e inconvenientes

La experiencia de las personas en un caso de corrupción casi nunca es positiva. Se debe pagar un soborno para recibir atención médica, obtener un permiso de construcción, recoger un paquete o disfrutar de los servicios telefónicos. Si un juez falla en contra de una parte, no se debe a los hechos del caso, sino a que la parte contraria pagó un soborno, conoce a un intermediario con poder o tiene el mismo origen racial o étnico. Cuando una persona se niega a pagar el soborno que le pide un oficial de policía, la golpean, detienen o le imponen una multa más alta. Los fondos de pensiones van a los bolsillos de los defraudadores o se vinculan con un plan de lavado de dinero. Mientras que las víctimas de la corrupción sufren pérdidas personales, intimidación e inconvenientes, aquellos que cometen y urden actos y planes corruptos, respectivamente, tienden a experimentar beneficios propios, sentido de superioridad y mayor conveniencia, en espera del cumplimiento de la ley.

Disfuncionalidad del sector público y privado

El resultado de todos los actos corruptos individuales es la disfuncionalidad. Ya sea en el sector público o privado, la calidad de los bienes y servicios disminuye, y adquirirlos se vuelve más costoso, lento e injusto. Si se pueden ofrecer sobornos a la policía, médicos y funcionarios públicos sin ningún problema, entonces aquellos que tienen más éxito obteniendo estos fondos progresan en detrimento de colegas y competidores más honestos que pueden tener un mejor desempeño por sus méritos. Además, las corporaciones pierden el incentivo de ofrecer mejores servicios y productos si pueden socavar a los competidores mediante favores políticos. Las empresas e industrias estatales están estructuradas para enriquecer a los funcionarios gubernamentales en lugar de buscar la innovación y eficiencia. Esto puede generar la pérdida de la motivación intrínseca dentro de las organizaciones Los trabajadores y directivos se desmoralizan. Las personas empiezan a tener dudas sobre el valor del trabajo duro y la innovación.

Fallas en la infraestructura

Cuando se desplomó un puente en Génova en agosto del 2018 y al menos 39 personas murieron, hubo muchas posibles causas que considerar. La corrupción no fue las más obvia, pero las investigaciones posteriores encontraron que una empresa de construcción controlada por la Mafia al parecer había usado «cemento debilitado» en el proceso de construcción. Es bastante sabido que la industria de la construcción es una valiosa fuente de ganancias y un canal para las actividades de lavado de dinero por parte de la Mafia (se puede encontrar información adicional sobre la delincuencia organizada en la Serie de Módulos Universitarios de E4J sobre Delincuencia Organizada). Se socavan la supervisión y la competencia en las industrias y empresas que están plagadas de corrupción organizada. En este contexto, un informe del 2017 realizado por Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad culpa a la corrupción por el derrumbe de más de 40 construcciones durante el terremoto de setiembre del 2017 en la Ciudad de México. Al parecer se han ignorado las leyes sobre el uso del suelo y los permisos, presumiblemente a través del soborno, el clientelismo y el tráfico de influencias, lo que lleva a la existencia de construcciones fundamentalmente inseguras por toda la capital.

Sistemas económicos y políticos manipulados

Lo que se ha descrito como disfuncional es, en realidad, funcional y rentable para los elementos corruptos. Ya sea bajo la etiqueta de clientelismo político, capitalismo clientelista, cárteles de partidos políticos, oligarquía, plutocracia e incluso cleptocracia, los patrones generalizados de corrupción pública y privada construyen sistemas sociales manipulados para favorecer el interés privado. Los ciudadanos con sólidos principios éticos (y aquellos que carecen de fondos sustanciosos, conexiones, favores que ofrecer, «poder duro» sobre otras personas, tales como armas o secuaces) pierden representación, influencia y poder.

Impunidad y justicia parcial

Cuando la corrupción invade el sistema de justicia, las personas ya no pueden confiar en que los fiscales y jueces cumplirán con su labor. Los poderosos pueden escapar de la justicia. Y los ciudadanos, en especial aquellos que no cuentan con grandes recursos ni aliados poderosos, pueden ser acusados de delitos de manera injusta, privados de la aplicación correcta e imparcial de la ley y ser injustamente encarcelados. Los recursos para prevenir la corrupción y fortalecer la integridad en el poder judicial están disponibles en el sitio web de la Red Mundial de Integridad Judicial de la UNODC.

Aumento del populismo iliberal

Un informe de Transparencia Internacional del 2017 y varias publicaciones académicas señalan que el creciente autoritarismo se debe en parte a la corrupción (consulte, por ejemplo, esta publicación de blog del 2017 de Balisacan, así como los recursos a los que se hace referencia en este artículo de TI). En pocas palabras, la corrupción aumenta la desigualdad, disminuye la responsabilidad popular y la capacidad de respuesta política y, por tanto, produce un aumento en la frustración y adversidad entre los ciudadanos, que son más propensos a aceptar (o incluso exigir) tácticas duras e iliberales. Esas tácticas hacen recaer la culpa por la inseguridad económica y el declive político en los inmigrantes u otros grupos minoritarios, y en las élites económicas y políticas que, según la teoría, se deben manejar de manera rápida y decisiva. Entonces, el Estado de derecho y los valores liberales de tolerancia y dignidad humana se convierten en obstáculos para el cambio necesario. Para un análisis más general de los valores, consulte el Módulo 2 de la Serie de Módulos Universitarios de E4J sobre Integridad y Ética.

Delincuencia organizada y terrorismo

Los elementos nefastos en la sociedad prosperan en la medida en que se puedan blanquear los ingresos, disfrazar fondos y corromper a los funcionarios judiciales y políticos mediante sobornos (como obsequios, favores y otros beneficios). En consecuencia, los niveles de violencia, drogas ilegales, prostitución, esclavitud sexual, secuestro e intimidación aumentan. La relación causal va en ambas direcciones. No solo la delincuencia organizada genera corrupción, sino que las oportunidades de corrupción que abre un Estado débil, negligente o incapaz también pueden conducir a la delincuencia organizada. Para un mayor análisis sobre el nexo entre la delincuencia organizada y corrupción, consulte el Módulo 11 de la Serie de Módulos Universitarios de E4J sobre Anticorrupción y el Módulo 4 de la Serie de Módulos Universitarios de E4J sobre Delincuencia Organizada.

Capacidad disminuida del Estado

Incluso si los ciudadanos exigieran con insistencia que se aborden los problemas señalados, la corrupción socava el poder de la política. Por ejemplo, en la medida en que el soborno, el tráfico de influencias y la captura del Estado son generalizados, los sistemas políticos se vuelven incapaces de abordar los problemas sociales, debido a que su resolución amenazaría los intereses creados. Como es lógico, esta situación nunca se reconoce internamente como tal, la incapacidad del Estado puede manifestarse de diversas formas que generan confusión y distracción, como asuntos polémicos, reestructuración de partidos políticos, aparición de escándalos y asuntos externos abrumadores que desmerecen los problemas estructurales, etc. En condiciones de captura del Estado, se puede esperar que el arbitraje político ocurra de una forma sumamente estratégica. Estos asuntos se enfrentarán entre sí para frustrar las reformas sistémicas. Además, como sostienen Della Porta y Vannucci (2005), la corrupción compromete los valores del servicio público y cambia la cultura política de manera que las reformas significativas de naturaleza pública prácticamente se vuelven impensables.

Aumento de la polarización y los disturbios

Cuando la corrupción, en particular la captura del Estado, se convierte en la norma, esto puede conducir a la polarización entre los ciudadanos: aquellos que apoyan los regímenes corruptos (debido a sobornos y apoyo económico) contra aquellos que se les oponen. Ante grupos diametralmente opuestos en la sociedad, el compromiso y el debate razonado se ven afectados. No se juzga la política a partir de la ideología o los méritos inherentes de un proyecto, sino a partir de quiénes son los que proponen las políticas y qué beneficios pueden obtener las redes competidoras.

Cambio climático y daños a la biodiversidad

La corrupción desvía las iniciativas y los fondos contra el cambio climático, frustra la conservación forestal y los programas de gestión forestal sostenible, y alimenta los delitos contra la vida silvestre y la pesca (para obtener más información, consulte la Serie de Módulos Universitarios de E4J sobre Delitos contra la Vida Silvestre).Estos y otros efectos adversos de la corrupción en el cambio climático y el medio ambiente se subrayan en un informe de TI del 2011 y en publicaciones adicionales de TI. En un plano más general, el libro This Changes Everything de Naomi Klein (2014) detalla cómo la captura del Estado por intereses monetarios ha arruinado los esfuerzos legislativos para abordar el cambio climático en los Estados Unidos. Su análisis se aplica a muchos países de todo el mundo, dado el poder que tienen las industrias de combustibles fósiles y del automóvil sobre los gobiernos, elegidos y no elegidos, en todo el mundo. El peligroso impacto de la corrupción en el sector pesquero se analiza con detalle en la publicación Rotten Fish de la UNODC (2019).

Violaciones de los derechos humanos

El origen de la observación de que los gobernantes corruptos tienden a ver las libertades civiles como obstáculos para consolidar el poder se puede rastrear a muchas fuentes históricas, entre ellas la colección de ensayos del siglo XVIII sobre la corrupción y la tiranía conocidos como Cartas de Catón. Más recientemente, quizás, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) ha observado conexiones significativas entre la corrupción y las violaciones de los derechos humanos. No solo aquellos que denuncian y se oponen a la corrupción son víctimas de asesinatos y distintas violaciones de los derechos humanos, sino que la corrupción misma disminuye la capacidad del Estado para abordar las violaciones de los derechos civiles y políticos y para tomar las medidas necesarias que garanticen dichos derechos, incluidos los derechos socioeconómicos, que a menudo requieren iniciativas complejas por parte de los Gobiernos. La ACNUDH se refiere a la corrupción como «un obstáculo estructural para el disfrute de los derechos humanos» y ha detallado muchas intersecciones entre estas dos áreas. Para un mayor análisis y referencias académicas sobre el nexo entre la corrupción y los derechos humanos, consulte el Módulo 7 de la Serie de Módulos Universitarios de E4J sobre Anticorrupción.

Conflicto armado y crímenes atroces

La reducida capacidad y desarrollo del Estado, provocados por la corrupción, pueden conducir a la inseguridad e incluso a conflictos armados (consulte, por ejemplo, World Bank, 2011; World Bank, 2017). De hecho, la corrupción ha sido reconocida como un factor desestabilizador y, en última instancia, un «motor del conflicto» (USIP, 2010, pág. 7). Aunque el vínculo causal entre la corrupción y los crímenes atroces (entre ellos el genocidio, los crímenes de guerra y los crímenes contra la humanidad) puede ser difícil de probar, los mecanismos de justicia transicional han identificado la corrupción como la causa fundamental de los conflictos y las atrocidades. Consulte, por ejemplo, el Informe de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Sierra Leona (2004, cap. 2, pár. 13) y el Informe final consolidado de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Liberia (2009, vol. II, págs. 16-17). En Túnez, después de la Primavera Árabe, se reconoció que la corrupción fue la causa fundamental del conflicto incluso antes de que funcionara el mecanismo de justicia de transición. Por tanto, las Leyes sobre justicia de transición del 2013 de Túnez (consulte la traducción en inglés aquí) y la Comisión de la Verdad y la Dignidad (Instance vérité et dignité o IVD), que se creó por ley, tenían la intención de determinar la responsabilidad por el legado del país en materia de corrupción rampante y violaciones de los derechos humanos y ayudar a reformar las instituciones involucradas en tales crímenes. Otro ejemplo importante es un informe del 2018 de la Iniciativa Pro Justicia de la Sociedad Abierta, que ofrece evidencia que vincula la corrupción con los crímenes contra la humanidad en México. Para un mayor análisis y referencias académicas sobre el nexo entre la corrupción y los conflictos, consulte el Módulo 11 de la Serie de Módulos Universitarios de E4J sobre Anticorrupción.

Frustración y cinismo públicos

Las personas pierden la confianza en los líderes, en los sistemas sociales (instituciones públicas) y, a veces, incluso en la sociedad y la ética misma cuando sienten que la corrupción se ha extendido y los elementos corruptos no responden de sus actos. Cuando los políticos rinden cada vez menos cuentas, tales percepciones persisten durante largos períodos y la participación política disminuye. Además, la frustración pública y la sensación de que la corrupción se ha extendido pueden allanar el camino para que los ciudadanos participen en transacciones corruptas, como se analizó en una publicación de blog sobre Taxi Driver Paradox. En otras palabras, las normas sociales podrían fomentar el comportamiento corrupto, ya que las personas tienden a pensar que «si todo el mundo lo hace, yo también puedo hacerlo». (Köbis, 2018). No cumplir con las expectativas públicas de tolerancia cero frente a la corrupción puede tener consecuencias perjudiciales para la legitimidad de las instituciones estatales y la verdadera utilidad de las normas formales que se espera que los ciudadanos y las empresas sigan, lo que posiblemente dé como resultado una mayor tolerancia pública a la falta de civismo y comportamiento parasitario.

Los efectos de la corrupción mencionados se pueden categorizar en los siguientes términos: económicos, políticos, morales o psicológicos, humanitarios, ecológicos, relacionados con la seguridad, etc. Para ayudarnos a comprender mejor la corrupción, la siguiente sección analiza algunos de los significados más profundos de ella.

 
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