Este módulo es un recurso para los catedráticos 

 

Manifestaciones y consecuencias de la corrupción en el sector público

 

Tipos y manifestaciones de la corrupción en el sector público

Todos los tipos de corrupción antes mencionados ocurren en el sector público, incluidos el soborno, la malversación o el peculado, el enriquecimiento ilícito, el tráfico de influencias y el abuso de funciones (lo cual puede involucrar favoritismo y nepotismo). Como se menciona en el Módulo 1  de la serie de módulos universitarios de E4J sobre Lucha contra la Corrupción, la articulación legal precisa de los delitos de corrupción es compleja. Por ejemplo, el artículo 15 de la CNUCC define el soborno en el sector público como «la promesa, el ofrecimiento o la concesión a un funcionario público, directa o indirectamente, de un beneficio indebido que redunde en el mismo funcionario o en otra persona o entidad, con el fin de que dicho funcionario actúe o se abstenga de actuar en el cumplimiento de sus funciones oficiales». Aunque esta definición sea difícil de digerir, la esencia del delito -dinero o cualquier otro objeto de valor intercambiado por beneficios de actores políticos o económicos- no es difícil de comprender. Tampoco es difícil entender los efectos del delito -evadir procesos judiciales subastando poder político o económico al mejor postor-.

Lo mismo se aplica para la malversación o el peculado y la apropiación indebida de bienes, definidas en el artículo 17 de la CNUCC. Más allá de la compleja formulación legal de la definición, lo principal es que alguien a quien se le concede algo de valor (como bienes, fondos o inversiones) se lo lleva para su mismo beneficio o lo ha transferido a alguien más en detrimento de otros. Es, esencialmente, una combinación de traición y robo. El artículo 19 de la CNUCC define el delito de abuso de funciones. Este delito se puede aplicar a situaciones como patrocinio (el uso de los recursos del Estado para recompensar a quienes proporcionen apoyo electoral), nepotismo (trato preferencial a familiares), amiguismo (otorgar trabajo y otras ventajas a amigos o colegas de confianza) y sextorsión (la demanda de favores sexuales como forma de pago). Todos estos delitos socavan la toma de decisiones independiente o representada democráticamente y los procesos justos y competitivos en la formación y contratación de personal de los Gobiernos. Al igual que los delitos de soborno y malversación o peculado, estos tipos de corrupción son tremendamente perjudiciales para la transparencia, la rendición de cuentas y el Estado de derecho. Y este no es su único efecto, es también su objeto y propósito. Para una mayor discusión de los delitos definidos por la CNUCC y las obligaciones corolarias de Estados que forman parte de la Convención, consulte  de la serie de módulos universitarios de E4J sobre Lucha contra la Corrupción.

La corrupción se manifiesta de diferentes maneras en diferentes áreas del sector público. Por ejemplo, las prácticas corruptas en las áreas de seguridad y defensa pueden incluir el patrocinio y soborno para asegurar la compra de equipos militares a una empresa en particular, mientras que en el sector salud se puede referir a gratificaciones que los pacientes tienen que pagar a sus doctores o el abuso de los fondos de salud por parte de los funcionarios públicos y doctores. En el área de la educación, la corrupción ocurre cuando los docentes exigen favores a sus estudiantes para aprobar un examen o recibir un diploma (para más información sobre la corrupción en la educación consulte el Módulo 9  de la serie de módulos universitarios de E4J sobre Lucha contra la Corrupción).  Entre las prácticas más comunes de corrupción en la Policía y el Poder Judicial se encuentran la manipulación de casos y pruebas por parte de la policía, las sentencias judiciales dictadas para satisfacer a la parte favorecida y la corrupción en la adquisición judicial. Todas estas prácticas conducen a la frustración, el desentendimiento, la polarización y hasta al conflicto entre el pueblo. Cuando estos delitos de corrupción ocurren en las áreas del sector público que son responsables de brindar justicia y hacer cumplir la ley, como el Poder Judicial y la Policía, no se trata únicamente de delitos, sino también de la obstrucción del curso de la justicia y de la socavación del Estado de derecho y derechos humanos de la manera más directa y fundamental.

Consecuencias de la corrupción en el sector público

Los impactos perjudiciales de la corrupción se abordan con mayor detalle en el Módulo 1 de la serie de módulos universitarios de E4J sobre Lucha contra la Corrupción. Para los propósitos actuales, se debe reconocer que la corrupción en el sector público aumenta considerablemente los costos de los bienes y servicios públicos, conduce a la mala asignación de recursos públicos, debilita la formulación de políticas y su implementación y destruye la confianza pública en el Gobierno (FMI, 2016; Graycar, 2015). La corrupción en la Policía o el Poder Judicial puede perjudicar significativamente el Estado de derecho y los derechos humanos en un país. La corrupción en el sector de defensa y el sistema de salud pueden tener impactos igual de devastadores. La corrupción en las fuerzas armadas, por ejemplo, puede impedir la labor del Gobierno de proteger a la población de amenazas contra su seguridad; por otro lado, la corrupción en los hospitales puede terminar en crisis de salud y muertes innecesarias.

La corrupción en obras e infraestructura públicas tiene el evidente potencial de dañar a la sociedad y abarca desde servicios públicos no existentes, mal ubicados y de deficiente funcionamiento, hasta servicios que dañan físicamente o matan a miembros de la población. La corrupción en obras de infraestructura a menudo determina qué se construye dónde, más que el monto que se gasta en construir o conectar la infraestructura (Kenny, 2006, pág. 18). Locatelli y otros (2017) muestran cómo la corrupción en los trenes de alta velocidad de Italia empeora su rendimiento en términos de costo y tiempo. Los autores, además, usan este estudio de caso para examinar el impacto de la corrupción en megaproyectos (proyectos complejos de alto valor con un impacto duradero en la economía, el medio ambiente y la sociedad). Algunos casos de corrupción en la adquisición conducen a la muerte y lesiones. Casos como el escándalo del puente Padma en Bangladesh, el terremoto en la Ciudad de México en 2018 y el desastre en un transbordador de Corea del Sur ejemplifican cómo los proyectos importantes de infraestructura son otorgados a ciertas empresas por motivos de corrupción. Tales empresas usaban materiales baratos y de baja calidad, desatendían los procedimientos de seguridad y disfrutaban de la impunidad y falta de control por parte del Gobierno acerca de sus acciones. Posteriormente, esto condujo a una infraestructura insegura que significó un alto número de víctimas y casos de lesiones. De igual manera, ha habido incidentes ampliamente difundidos sobre edificios públicos que han colapsado en Sudáfrica e India. Además de consecuencias trágicas para las personas, la participación del sector privado en la corrupción de adquisiciones ha llevado, en algunos casos, a la desaparición de algunas firmas o a su exclusión de contratos públicos (conocida como inhabilitación) y otras penalidades penales y civiles (Williams-Elegbe 2012).

El impacto de la corrupción en el sector público se determina por su frecuencia y alcance. Es decir, la corrupción en el sector público puede ser episódica (un solo acto de corrupción) o sistémica (un patrón generalizado de actividades y prácticas corruptas en del tiempo) y sus efectos pueden ser de índole aislada o de alto alcance. Por ejemplo, un servidor público que roba útiles de oficina para venderlos fuera puede tener efectos adversos limitados, particularmente si es un caso aislado. Por el contrario, un patrón generalizado de corrupción como el que se ve en casos de captura del Estado (definido en el Módulo 1  de la serie de módulos universitarios de E4J sobre Lucha contra la Corrupción) presenta efectos políticos y económicos de largo alcance y potencialmente devastadores. Hay también, sin embargo, implicaciones morales serias en cualquier acto de corrupción. Además, hasta los casos episódicos de corrupción, a la larga, pueden conducir a una cultura organizacional no ética, la cual puede escalar hasta una corrupción sistémica.

La corrupción sistémica en el sector público menoscaba la confianza pública en las instituciones gubernamentales, daña la integridad de la política y distorsiona los resultados del sector público. También tiene un impacto negativo arraigado en el sector público, en el sentido de que lleva a una cultura organizacional de corrupción que se autoperpetúa. Los intereses conferidos a los diferentes actores en el sistema hacen que la corrupción sistémica sea muy difícil de combatir. Entonces, es necesario sentar esfuerzos de lucha contra la corrupción, tantos como sea posible, para con los elementos intrínsecos del sector público, los controles externos (incluyendo leyes y regulaciones) y la participación ciudadana general.

 
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