Este módulo es un recurso para los catedráticos 

 

Estudios de caso

 

Se presentan varios estudios de casos para ilustrar los distintos enfoques de la prevención del delito. Estos se pueden usar individualmente, incluirse en las secciones correspondientes del Módulo o como parte de actividades complementarias a programas de educación en curso en los distintos países. Tenga en cuenta que muchos de estos estudios de casos se consideran clásicos: han sido decisivos para demostrar que los planteamientos clave para la prevención del delito son efectivos. Como no puede ser de otro modo, son específicos de un área geográfica. Pueden construirse estudios de casos a escala regional o local tomando en consideración los materiales disponibles en los ejercicios presentados en el presente Módulo o de las bases de información de las entidades de prevención del delito regionales y locales.

 

Estudio de caso 1 (Prevención comunitaria del delito). Getaway Youth Center (Belice)

En Belice, el Gateaway Youth Center fue parte del proyecto Community Action for Public Safety (CAPS), financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Gobierno de Belice, ahora funciona como parte de la estructura de los Servicios de Apoyo Educativo (Education Support Services, ESS) del Ministerio de Educación, Juventud, Deportes y Cultura. CAPS tuvo como objetivo aumentar la capacidad del gobierno de Belice para diseñar, ejecutar y monitorear políticas integrales de prevención de violencia secundaria y terciaria.

El Gateaway Youth Center proporciona una variedad de servicios personales, académicos, sociales y emocionales accesibles destinados a construir capital social a través de sólidas alianzas y de recursos comunitarios. Su objetivo es desarrollar comunidades más fuertes y seguras al empoderar a los jóvenes y sus familias.

El Centro fue diseñado para jóvenes que no estudian o para la realización de actividades después de la escuela, e incluyó asesoramiento para adolescentes en conflicto con la ley. Actualmente ofrece un espacio seguro para que los jóvenes puedan desarrollarse positivamente; proporciona apoyo individual y a las familias, en la construcción de relaciones sanas; considera programas de reforzamiento de aspectos positivos de las experiencias vitales; y brinda capacitación correctiva y pre-profesional, alfabetización básica y aritmética y entrenamiento vocacional.

Después de operar durante varios años en el Southside (Gwen Lizaraga H.S.), ha tenido éxito de acuerdo a diversos análisis del BID. En 2018, inició un proceso de evaluación sobre su impacto en los jóvenes con algún factor de riesgo individual o comunitario, principalmente asociado a la educación y el trabajo, en niñas y niños mayores de 13 años. Los resultados sugieren un cambio positivo alto en la transición de los estudiantes a la educación secundaria, a instituciones técnicas o hacia el empleo, además de brindar espacios seguros a las y los adolescentes para el desarrollo de habilidades interpersonales alejadas de la violencia.

http://gateway.moe.gov.bz/
https://www.facebook.com/gatewayyouthcenter/
https://publications.iadb.org/publications/english/document/Gap-Analysis-Report-Citizen-Security-in-Belize.pdf
 

Estudio de caso 2 (Prevención comunitaria del delito). Programa Fica Vivo (Brasil)

La parte final del siglo XX fue testigo de un fuerte aumento de la tasa de homicidios en la ciudad de Belo Horizonte en Brasil, así como en otras capitales de los estados brasileños. La mayoría de estos homicidios sucedían en los barrios marginales de las ciudades y solían implicar a hombres menores de 24 años.

En 2002, el Centro de Estudios de la Delincuencia y la Seguridad Pública en la Universidad Federal en Minas Gerais desarrolló y dirigió el programa Fica Vivo en los zonas marginales más violentas de Belo Horizonte. Se reunió a varios socios comunitarios para el desarrollo y la implementación de intervenciones en materia de prevención del delito. Entre estos socios se encontraban el ayuntamiento de Belo Horizonte, la Oficina de Defensa Social del estado, la policía local y federal, organizaciones empresariales, ONG y comunidades locales.

Muchas de las intervenciones tenían por objetivo a la población joven, e incluían componentes relacionados con el apoyo social, la educación y el ocio. También se organizaron numerosos talleres que abordaban problemas como la violencia, drogas y enfermedades de transmisión sexual, mediante programas enfocados en deporte, arte, capacitación profesional y habilidades informáticas. Además, se ofreció formación para la prevención del delito y de la violencia a policías locales, miembros de la comunidad, trabajadores sociales, trabajadores del sector sanitario y personal educativo. La policía militar también estableció patrullajes rutinarios en los barrios marginales.

Se estableció un foro comunitario a modo de espacio donde los miembros de la comunidad pudieran reunirse mensualmente, discutir cuestiones como el desempleo, la prevención del delito y la educación. Este foro ayudó a promover la movilización comunitaria y la cohesión social.

Treinta meses después de la implementación del programa, hubo una reducción de los delitos violentos en las áreas objeto del programa piloto. Los homicidios disminuyeron un 47 %; los intentos de homicidio, un 65 %; y los robos en panaderías, un 46 %. Simultáneamente, otras áreas «no violentas» de la ciudad experimentaron un aumento del 11 % de delitos con violencia.

Centro Internacional para la Prevención de la Criminalidad (2005). Prevención del delito en zonas urbanas y juventud en riesgo: compendio de estrategias prometedoras y programas de algunos lugares del mundo. Bangkok: Centro Internacional para la Prevención de la Criminalidad.
 

Estudio de caso 3 (Prevención basada en el desarrollo temprano). Programa Elmira de visitas a domicilio realizadas por personal de enfermería durante el periodo prenatal y la primera infancia (Estados Unidos)

Hoy en día existe un reconocimiento generalizado de que los primeros años de vida de un niño o una niña son críticos para su crecimiento y desarrollo (UNICEF, 2018). Las y los niños que crecen en entornos seguros y rodeados de cariño son capaces de desarrollar destrezas esenciales para la vida que les permitirán aprovechar las oportunidades y soportar la adversidad (UNICEF, 2018). Los programas que ayudan y apoyan a los padres primerizos (sobre todo aquellos procedentes de entornos desfavorecidos) tienen un gran potencial para influir de forma positiva sobre el futuro del niño y asegurar resultados beneficiosos para la sociedad.

El programa básico Elmira de visitas a domicilio durante el periodo prenatal y la primera infancia proporcionaba apoyo a jóvenes madres solteras o de entornos socioeconómicos bajos en la ciudad de Elmira, estado de Nueva York. Tenía por objetivo abordar los problemas derivados de poco peso al nacer, maltrato infantil, dependencia de la asistencia social y otros desafíos asociados con una trayectoria vital difícil para las madres. Se trataba de visitas realizadas por enfermeras a las madres jóvenes con una periodicidad quincenal, hasta que el niño alcanzaba la edad de dos años. Las sesiones de visitas al hogar se enfocaban en la prestación de cuidados prenatales, salud del bebé y apoyo para que las jóvenes madres mantuvieran una vida normal, ayudándoles a encontrar empleo, planificar el futuro o poniéndolas en contacto con servicios necesarios ofrecidos en la comunidad.

De este programa surgieron resultados muy positivos. Los participantes del programa de visitas domiciliarias presentaron los siguientes resultados, en comparación con el grupo de control (Olds y otros, 1999, p. 44): una mejoría en los resultados de embarazo, mejores destrezas parentales, una mayor tasa de ocupación laboral de las madres, disminución de embarazos y -en todo caso- más espaciados, más madres que regresaron a sus estudios, menos abusos o abandonos de los niños, menos tabaquismo y alcoholismo, y cuando los niños alcanzaban la edad de 15 años, menos detenciones y condenas (tanto de las madres como de los hijos).

El programa de visitas también tuvo éxito en la obtención de considerables ahorros para el gobierno. Por cada dólar que se gastó en el programa, se logró un ahorro futuro de 4 dólares (Olds y otros, 1999, p. 56; Olds, 2002).

En América Latina también ha sido evaluado positivamente (Aracena, et al, 2009).

Olds, D. L, Henderson, C. R, Kitzman, H. J, Eckenrode, J. J, Cole, R. E, y Tatelbaum, R. C. (1999). Prenatal and infancy home visitation by nurses: recent findings. Future Child, vol. 9, No.1. p. 44-65.
Olds, David L (2002). Prenatal and Infancy Home Visiting by Nurses: From Randomized Trials to Community Replication. Prevention Science, vol. 3, n.º 3.
Aracena, M., Krause, M., Pérez, C., Méndez, M. J., Salvatierra, L., Soto, M., Altimir, C. (2009). A cost-effectiveness evaluation of a home visit program for adolescent mothers. Journal of Health Psychology, 14(7), 878–887. https://doi.org/10.1177/1359105309340988
 

Estudio de caso 4 (Prevención basada en el desarrollo social). Perry Preschool Program

El Perry Preschool Program se diseñó para impartir educación preescolar a niños pequeños en situación de pobreza y para evaluar los efectos a largo plazo de esta intervención.

El estudio del Perry Preschool Program consistió en 123 participantes que residían en Ypsilanti, Michigan, y que habían nacido entre 1958 y 1962. En el área vivían sobre todo familias afroamericanas con una situación socioeconómica baja. Se requería que los participantes fueran de estratos socioeconómicos bajos y los niños debían presentar un nivel intelectual también bajo al iniciar el estudio (Schweinhart, 2013, p. 391). Los participantes se asignaban al azar a un grupo de tratamiento, en el que asistían al Perry Preschool Program, o a un grupo de control, donde no había programa preescolar. Los participantes asignados al grupo de tratamiento asistían al programa preescolar entre las edades de tres y cuatro años. El programa preescolar consistía en clases diarias de 2,5 horas durante la semana y visitas a los hogares de cada familia de 1,5.

Los datos de los participantes se recogían inicialmente sobre una base anual, y entre los 3 y los 11 años de edad. A partir de ahí, la compilación de datos se realizaba a los 14, 15, 19, 40 y 50 años.

Los resultados del Perry Preschool Program reflejaron los pronunciados efectos positivos de una educación temprana de alta calidad, tanto a corto como a largo plazo. Los participantes a quienes se les asignaba el grupo de tratamiento daban mejores resultados que los participantes del grupo de control, en los siguientes indicadores:

  • Mejores niveles educativos: en general, el 77 % del grupo de tratamiento se graduó de la escuela secundaria, en comparación con el 60 % del grupo de control; en cuanto a las mujeres, el 88 % del grupo de tratamiento se graduó de la escuela secundaria, en comparación con el 46 % del grupo de control;
  • Incremento significativo en la ocupación laboral a los 27 años (69 % en comparación con el 56 %) y a los 40 años (76 % en comparación con el 62 %); y
  • Menos arrestos en el trayecto de vida, por delitos violentos, contra la propiedad y por tráfico de drogas hasta los 40 años (y mucho menos detenciones por otros delitos).

Con las cifras de la inflación de 2013, se calculó que el rendimiento de la inversión del programa fue de 16,14 dólares por dólar invertido (Schweinhart, 2013, p. 396).

Schweinhart, Lawrence J (2013). Long-term follow-up of a preschool experiment. Journal of Experimental Criminology, vol. 9, n.º 4.
 

Estudio de caso 5 (Prevención situacional del delito). La prevención del delito mediante el diseño ambiental (CPTED) en Corea del Sur

Un análisis comparativo dirigido por Ha, Oh y Park (2015) evaluó la tasa de delincuencia de un área que incorporó los principios CPTED en su diseño frente a la de otra área que no los había incorporado: Pangyo New Town y Yatap Town, respectivamente. Pangyo New Town, está situado en el Gran Seúl, fue una de las primeras áreas de nuevo desarrollo que incorporó los principios del CPTED en el diseño, desde la fase de planificación. Yatap Town se eligió como área de comparación por las similitudes con Pangyo New Town, y porque no se había planificado de acuerdo con los principios de diseño CPTED.

El desarrollo de Pangyo New Town se basó de los principios CPTED aplicados en estudios de casos de éxito del Reino Unido, los Estados Unidos y Canadá. Luego, los principios CPTED se modificaron para adaptarse a la cultura surcoreana. Las características que se incorporaron a Pangyo New Town fueron las siguientes: un portón de entrada con el emblema del complejo claramente visible; con excepción de un par de plazas de aparcamiento para personas discapacitadas y vehículos de emergencia, el resto de los estacionamientos son subterráneos; en el garaje subterráneo se instaló un ascensor para que los residentes tuvieran acceso directo a sus casas usando un código o una tarjeta de acceso; los senderos están bien diseñados y señalizados en todo el complejo, lo que pone de manifiesto qué áreas son de uso peatonal; los árboles y arbustos plantados a lo largo del camino están organizados y bien cuidados; las tuberías de gas fuera de cada edificio están cubiertas con tapas inoxidables, especialmente diseñadas para prevenir futuros robos (los ladrones usaban las tuberías para escalar a los apartamentos de la primera planta); señalización clara, buen alumbrado y cámaras de CCTV presentes en todo el complejo, incluido el garaje subterráneo.

Los datos de la policía en Pangyo y Yatap, entre 2009 y 2011, se compararon para determinar el impacto de estas características de diseño. Las tasas de robos fueron considerablemente más elevadas en Yatap: en 2009 y 2011, la tasa de robos en Yatap fue casi el doble que la de Pangyo. En 2010, la tasa de robos en Yatap fue casi el triple que la de Pangyo: 466,19 robos por 100 000 habitantes en Yatap, en comparación con los 177,02 robos por 100 000 habitantes en Pangyo.

Ha, Taehoon, Oh, Gyeong-Seok, y Park, Hyeon-Ho (2015). Comparative analysis of defensible space in CPTED housing and non-CPTED housing. International Journal of Law, Crime and Justice, vol. 43, n.º 4.
 

Estudio de caso 6 (Prevención situacional del delito). Urbanismo social (Medellín, Colombia)

Durante las décadas de los ochenta y los noventa del siglo XX, se conocía a la ciudad colombiana de Medellín por ser una de las más peligrosas del mundo. En 1991, la tasa de homicidios alcanzó el máximo de 375 homicidios por 100 000 habitantes (Oficina del Médico Forense, 2015). Esta cifra es 35 veces superior a la señalada por la definición de violencia epidémica de la Organización Mundial de la Salud (Maclean, 2015, p. 2).

Los niveles extremos de violencia urbana durante este periodo se atribuyeron en gran parte a las bandas rivales de narcotráfico que luchaban por el control del abastecimiento de drogas ilegales al mercado de exportación. La violencia se convirtió en la forma en que en dichas áreas se ganaba el poder y la autoridad (Maclean, 2015, p. 29). Los cárteles de la droga, las bandas, las milicias urbanas y los grupos paramilitares se hacían con el poder de forma ilegítima proveyendo trabajo pagado a muchos jóvenes sin empleo, así como prometiendo ascenso social y seguridad a quienes les apoyaran. En el contexto de una alta tasa de desempleo, inseguridad social, oportunidades limitadas y capital social limitado, las perspectivas de encontrar empleo en una banda de narcotráfico ofrecían un atractivo considerable.

Entre finales de los noventa y principios de la primera década del siglo XXI se llevaron a cabo en Medellín una serie de políticas e intervenciones de regeneración. Estas intervenciones, llamadas con el término amplio de «urbanismo social», tenían por objetivo reducir la violencia abordando las desigualdades sociales y la exclusión espacial, así como mejorar la cohesión social en la comunidad.

Los beneficiarios de importantes inversiones en infraestructura urbana fueron los barrios más pobres de Medellín. En el pasado, los vecindarios situados en las afueras de la ciudad se habían descuidado y, como resultado, se convirtieron en áreas de elevada delincuencia y exclusión social. Las nuevas políticas tenían por objetivo «cambiar la piel de la ciudad» (Maclean, 2015, p. 55) y las intervenciones incluían inversiones en sistemas de transporte público, espacios públicos y edificios icónicos.

Una de las intervenciones con mayor repercusión fue la introducción del metrocable en 2004. El metrocable es un servicio de transporte tipo teleférico que conecta los barrios marginales de Medellín, situados en la montañosa periferia, con el resto de la ciudad. La implementación del metrocable permitió una mayor movilidad entre los barrios en los extremos de la ciudad con el centro, lo que dio como resultado una mayor inclusión social y la habilidad de acceder a mayores oportunidades laborales.

Parte de la estrategia de urbanismo social incluía la construcción de «parques-biblioteca» en las áreas más pobres de Medellín. Los «parques-biblioteca» son espacios públicos que consisten en una biblioteca rodeada por espacios verdes. Estos espacios no solo funcionan como bibliotecas, sino también como lugares donde llevar a cabo actividades educativas, culturales y recreativas. Los «parques-biblioteca» a menudo ofrecen un gran abanico de recursos educativos y programas de formación, que pueden incluir cursos de informática y de inglés. Se utilizó un proceso internacional competitivo para seleccionar a los arquitectos que iban a diseñar los «parques-biblioteca». El significado para la comunidad de tan importantes inversiones económicas, y el diseño único de los edificios, es que sí vale la pena invertir en dichas áreas y, por consiguiente, se convierten en hitos de gran orgullo comunitario.

Otras intervenciones implementadas en Medellín incluyen el desarrollo y la mejora de jardines públicos, parques para jugar a fútbol, obras de arte en el espacio público, cocinas comunitarias, vivienda social, puentes peatonales y la recuperación de ríos contaminados. Adicionalmente, se invirtieron 260 millones de USD en la prestación de programas y proyectos sociales, entre 2004 y 2007. Dichos programas proporcionaron educación sanitaria, primaria y secundaria, protección y asistencia para grupos de población vulnerables, asistencia para la reintegración de adultos mayores y actividades para jóvenes.

La estrategia de urbanismo social implementada en Medellín resultó todo un éxito. Los cambios en el diseño del paisaje urbano alteraron la manera en que la gente utilizaba el espacio e interactuaba entre sí. Tuvo el efecto de crear lugares más habitables y reducir la exclusión social. Medellín se ha erigido como «modelo» de regeneración urbana para otras ciudades con altos índices de violencia.

Si observamos únicamente las estadísticas en materia de delincuencia, la tasa de homicidios en 2015 era de 20 homicidios por 100 000 habitantes (Oficina del Médico Forense, 2015), lo cual representa un marcado descenso en relación con los 375 homicidios por 100 000 habitantes, de 1991. La gráfica debajo muestra el drástico declive en la tasa de homicidios en Medellín durante las últimas décadas.

Tasas de homicidios por 100 000 habitantes en Medellín y Colombia

Cerda y otros (2012) compararon las tasas de delincuencia de los barrios con metrocable con las de barrios con características similares, pero sin dicho servicio. Los resultados revelaron que, entre 2003 y 2008, los barrios a los que llegaba el metrocable experimentaron una reducción del 66 % en las tasas de homicidio en comparación con los barrios sin tal medio de comunicación.

Borraez (2015) comparó la tasa de homicidios en los barrios antes (1999-2003) y después (2004-2008) de la implementación del metrocable. En los barrios con al menos una estación, la tasa de homicidios se redujo en promedio un 88% en 2004-2008, en comparación con la tasa registrada en 1999-2003. En los barrios sin estación, la tasa de homicidios se redujo por debajo del 20 %; algunos barrios incluso experimentaron un aumento en la tasa de homicidios en los periodos 1999-2003 y 2004-2008.

Bea, David C (2016). Transport engineering and reduction in crime: the Medellín case. Transportation Research Procedia, vol. 18.

Magdalena Cerda y otros (2012). Reducing violence by transforming neighbourhoods: a natural experiment in Medellín, Colombia. American Journal of Epidemiology, vol. 175, n.º 10.

Maclean, Kate (2015). Social urbanism and the politics of violence, the Medellín miracle. Hampshire y Nueva York: Palgrave Macmillan.

Las estadísticas de los delitos cometidos en Medellín pueden analizarse con más detalle en la siguiente página web interactiva.

 

Estudio de caso 7 (Prevención comunitaria del delito). Communities that Care

Communities That Care (Comunidades que se preocupan, o CTC por sus siglas en inglés) es un sistema de prevención basado en la comunidad (Hawkins, Catalano y Arthur, 2002). CTC tiene por objetivo promover el desarrollo saludable de niñas, niños y jóvenes mediante la planificación comunitaria a largo plazo y prevenir problemas sociales y de salud. CTC aborda los factores que facilitan el desarrollo positivo de un niño (factores de protección), a la vez que aborda los factores que pueden repercutir de forma adversa en su desarrollo (factores de riesgo).

CTC guía a las comunidades hacia la identificación y comprensión de las necesidades locales, estableciendo prioridades e implementando intervenciones efectivas basadas en evidencia, para abordar dichas necesidades. El modelo CTC se ha implementado en muchos países de todo el mundo y en la actualidad opera en más de 500 comunidades en los Estados Unidos de América.

CTC se basa en la «Estrategia de desarrollo social», que promueve el desarrollo positivo de los jóvenes mediante la organización de factores de protección basados en evidencia y convirtiéndolos en una estrategia simple para la acción. Comprende los siguientes componentes:

  • Creencias saludables y normas de comportamiento claras: es más probable que la gente joven se implique con un comportamiento prosocial y responsable cuando están rodeados de profesores, padres y una comunidad que comunica creencias y normas saludables.
  • Vínculos: la gente joven necesita desarrollar y mantener relaciones sólidas con aquellos que mantienen creencias saludables y normas claras.
  • Oportunidades: se deben proveer oportunidades de desarrollo apropiadas para los jóvenes, para la participación activa y la interacción significativa con otras personas prosociales.
  • Destrezas: los jóvenes deben aprender destrezas que necesitarán para tener éxito en la vida.
  • Reconocimiento: se deben brindar refuerzo positivos y reconocimientos específicos y consistentes a los jóvenes por sus esfuerzos, mejoras y logros (CTC, 2018).

Los resultados presentados ocho años después de la implementación revelan que:

  • Los estudiantes de las comunidades CTC tenían menos probabilidades de consumir drogas, fumar e involucrarse en la delincuencia, que los estudiantes de las comunidades de control; y
  • Igualmente, tenían menos probabilidades de cometer un acto violento (CTC, 2018).

Puede encontrarse más información sobre CTC y los programas de prevención (en inglés) en https://www.communitiesthatcare.org.au/ o https://www.communitiesthatcare.net/

 

Estudio de caso 8 (Prevención comunitaria del delito). Juega vive

Iniciativa Line Up Live Up de la UNODC

La evidencia indica un impacto positivo de la formación en habilidades para la vida en la prevención del comportamiento antisocial. Los programas de educación en deportes, por ejemplo, tienen el potencial de mejorar, entre los jóvenes, las destrezas personales y sociales, así como su conocimiento sobre diferentes temáticas. El deporte resulta muy atractivo para muchos jóvenes y alienta su compromiso. Con esto en mente, la UNODC desarrolló un programa de formación de habilidades para la vida basado en el deporte llamado Juega Vive (Line Up Live Up), que tiene por objetivo reforzar la resiliencia de los jóvenes con edades entre 13 y 18 años, así como reducir su tendencia a comportamientos de riesgo y antisociales al enfocarse en: 

  • Capacitación en habilidades clave para la vida (incluida la capacidad de resistir presiones sociales negativas, lidiar con la ansiedad y comunicarse de forma asertiva con sus compañeros);
  • Mejorar los conocimientos sobre las consecuencias de la delincuencia, la violencia y el consumo de drogas; y
  • Sobre las actitudes de las y los jóvenes y cómo les afectan sus creencias normativas.

Juega Vive es una herramienta de prevención primaria que incluye diez sesiones muy interactivas centradas en distintas habilidades y áreas de conocimiento. El programa puede realizarse con grupos de géneros mixtos en centros deportivos, escuelas (como actividades curriculares o extracurriculares) o en otros entornos comunitarios. Requiere pocos recursos y, por lo tanto, es idóneo para implementarse en ambientes de escasos recursos. Cada sesión incluye una introducción, una o dos actividades deportivas y una recapitulativa o de síntesis. Si bien jugar a un deporte ayuda a los jóvenes a lograr algunos de los objetivos de aprendizaje, la mayoría de la formación tiene lugar durante la fase de recapitulación que se realiza en el campo de juego justo después de los ejercicios.

El programa se llevó a cabo de forma piloto en Brasil en 2017 y se implementará en varios países de todo el mundo en los próximos años. 

El Manual del Programa puede encontrarse aquí.

 

Estudio de caso 9 (Prevención mediante justicia penal, actividad policial orientada a la resolución de problemas)

Carreras de autos a alta velocidad (Chile)

La policía local en la ciudad de Ancud, en el sur de Chile, asumió un enfoque de actividad policial orientada a la resolución de problemas para resolver la cuestión de las carreras de autos que se habían producido en las carreteras públicas. Los residentes de la comunidad habían expresado preocupaciones sobre la seguridad y el ruido que suponían. Muchos de los vehículos usados se habían modificado para generar un ruido excesivo. En las carreras no solo se alcanzaban velocidades altas, sino que también, a menudo, se consumía alcohol.

La policía local fue capaz de identificar que los infractores pertenecían a un club de autos llamado «Ankud Tuning». Las entrevistas con los miembros del club revelaron que no había ningún otro lugar idóneo para llevarlas a cabo, por lo que usaban las carreteras públicas de noche. El club es una organización formal y legal, pero no contaba con ningún espacio físico para realizar sus actividades. Además, la comunidad de Ancud carecía de infraestructuras recreativas o de entretenimiento. El jefe de la policía también identificó que los jóvenes no eran conscientes del riesgo asociado a conducir a alta velocidad.

La respuesta inicial fue imponer cuantiosas multas por exceso de velocidad. Sin embargo, no resolvió el problema, ya que los infractores lograron eludir a la policía. Las carreras se celebraban en lugares secretos y en momentos que cambiaban con frecuencia.

Entonces, la policía buscó un lugar alternativo para las carreras: negoció con el club de aviación local que las carreras pudieran llevarse a cabo una vez al mes en el aeródromo. Las autoridades locales, el club de autos, la Asociación de Seguridad de Chile y el club de aviación trabajaron juntos en la coordinación de las carreras futuras.

La policía también organizó una serie de eventos educativos para informar a los jóvenes sobre los riesgos asociados a las carreras de alta velocidad ilegales, sobre todo en lugares no idóneos para estos eventos. Se impartieron ocho talleres educativos sobre accidentes de tráfico a los miembros del club de autos.

Estas medidas tuvieron como resultado el cese de las carreras ilegales de noche y un descenso en el número de llamadas de queja. El club de aviación permitió que las carreras se celebraran una vez al mes y se invitó a los residentes de la comunidad local a presenciar dichos eventos, como espectadores, lo que les ofreció la oportunidad de participar en más actividades recreativas.

Muñoz, Juan (2008). Police intervention: solution to a road safety problem. Chile: Planning and Development Major Division.
 
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