Esta Guía de Enseñanza es un recurso para los catedráticos 

 

Segunda sección: Fomentar entornos éticos de aprendizaje

 

Los módulos universitarios E4J sobre integridad y ética proporcionan materiales y herramientas pedagógicas para ayudar a la planta docente a dar clases sobre una variedad de temas de carácter ético. Sin embargo, la educación ética efectiva requiere ir más allá de la sola enseñanza de estos temas; también necesita un entorno de aprendizaje ético de apoyo. Las experiencias adquiridas viviendo en un entorno ético mientras se está en la universidad mejoran la sensibilidad moral y el comportamiento ético del alumnado y le ayuda a apreciar la importancia de la ética en su vida personal y profesional así como en la sociedad en general. Además, cuando los valores y mensajes enfatizados en las clases de ética son consistentes con los que prevalecen fuera del aula, es más probable que estos se consideren válidos. Por lo tanto, un entorno ético no sólo es importante como método educativo por sí mismo, sino que también es crucial para la eficacia de las clases y cursos de ética, incluidos los basados en los módulos E4J.

En este contexto, las y los profesores que enseñan los módulos E4J pueden desear proporcionar un entorno ético en el aula y en la universidad. En este entorno, las relaciones y prácticas cotidianas se basan en estándares éticos, en la que el alumnado es guiado y apoyado para vivir e interactuar éticamente.

A continuación, exploramos dos métodos principales que pueden usarse fácilmente dentro de las aulas para fomentar un entorno de aprendizaje ético: crear "reglas básicas" éticas para la clase y servir como modelos éticos. El método anterior es más efectivo cuando el estudiantado se compromete a desarrollar y hacer cumplir las reglas. La experiencia de participar en la creación de un entorno ético en la universidad es particularmente enriquecedora, ya que demuestra a las y los estudiantes que pueden ayudar a fomentar entornos éticos en otros contextos.

 

Establecer reglas básicas para el comportamiento ético

¿Cómo deben comportarse los alumnos y las alumnas en el aula?; ¿se les permite comer, usar dispositivos electrónicos, qué lenguaje se puede usar durante las deliberaciones de clase?; ¿cómo debe comportarse un profesor o profesora cuando se ocupa de las interrupciones de clase, al responder los correos del grupo, al responder preguntas durante las clases?; todas estas son preguntas de rutina que surgen durante cada curso en casi cualquier país o campo de educación, y todas ellas implican problemas éticos.

Se conocen ejemplos de comportamiento poco ético de los y las estudiantes: llegar tarde a clase, usar teléfonos móviles o computadoras con fines no educativos en clase, hacer trampa en los exámenes y plagiar el trabajo de otros. Las universidades están constantemente tratando de abordar este comportamiento a través de una mayor vigilancia (por ejemplo, software de plagio) y un procedimiento disciplinario, pero si bien esto podría evitar que ocurra algún comportamiento poco ético, rara vez tiene un impacto duradero. Una forma de lidiar con estos problemas es establecer reglas básicas para el comportamiento ético en el aula.

A modo de ejemplo, si los ejercicios de clase implican contar historias personales, la regla básica podría ser que todas y todos los estudiantes tienen derecho a ser escuchados y que deben ser abiertos y tolerantes a las diferentes opiniones y mostrar respeto por tales opiniones incluso cuando no estén de acuerdo. La persona a cargo del grupo tiene la responsabilidad de garantizar que esta regla se cumpla en todo momento. Las reglas básicas no deben tratar asuntos disciplinarios ni establecer sanciones (muchas universidades ya cuentan con un sistema disciplinario transparente). Su único propósito es guiar a los alumnos y las alumnas en la conducta apropiada.

Las reglas básicas para el comportamiento ético en el aula deben ser idealmente creadas conjuntamente por estudiantes y docentes, quienes también participarán conjuntamente en el monitoreo de la implementación de las reglas. Los miembros del grupo que participan en la creación de las reglas estarán más inclinados a seguirlas. Más aún, la experiencia de participar en la creación de un entorno ético en la universidad es particularmente enriquecedora, ya que demuestra que las alumnas y los alumnos pueden ayudar a fomentar entornos éticos en otros contextos. De hecho, el proceso de creación de las reglas básicas puede ser más significativo que su resultado, ya que las deliberaciones en torno a la redacción de las reglas generan muchas oportunidades para aumentar la conciencia ética. Involucrar a estudiantes en el establecimiento de las reglas básicas es, por lo tanto, una forma efectiva de fomentar un entorno de aprendizaje ético y de ofrecer educación ética. En este contexto, se recuerda la discusión de la sección anterior sobre la importancia de la participación activa para un aprendizaje efectivo y, por supuesto, implementar las reglas durante las clases, aunque a veces es un desafío, puede ser una herramienta muy efectiva en la educación ética.

Hay muchas medidas prácticas diferentes que el profesor o la profesora puede tomar para involucrar a la clase en la creación de las reglas básicas. Por ejemplo:

  • El cuerpo docente puede pedir a la clase que trabaje en grupos pequeños para identificar y describir un problema ético o situación en el aula y redactar una regla o directriz que se ocupe de ello.
  • El cuerpo docente puede animar al grupo a producir videoclips cortos en sus dispositivos móviles a fin de resaltar problemas éticos comunes. Estos pueden ser publicados en plataformas de redes sociales como Facebook o Instagram.
  • El profesor o la profesora puede asignar temas específicos a estudiantes de manera individual o en grupos, por ejemplo, "comportamiento en el aula" o "comportamiento en el examen". Los temas se discuten y luego se redactan y acuerdan las reglas básicas.
  • El profesor o la profesora puede establecer un concurso estudiantil para los eslóganes o carteles más creativos que abordan los temas de las reglas básicas.
  • Para motivar e inspirar a la comunidad estudiantil, las profesoras y los profesores pueden crear videoclips cortos sobre problemas éticos comunes en el aula y compartirlos con sus grupos.
  • El profesor o la profesora puede lanzar una campaña (en línea o fuera de línea) para presentar el próximo desarrollo de las reglas básicas. Una vez creado, puede introducir las reglas como parte de la campaña. El o la docente también puede solicitar a las y los estudiantes que firmen un contrato al comienzo del curso, donde se comprometen a seguir las reglas básicas. Al final del curso, puede pedir al alumnado que escriba una declaración reflexiva sobre el impacto de las reglas

Si las circunstancias son favorables, las y los docentes pueden llevar este proyecto un paso más allá al "actualizar" las reglas básicas del aula para aplicarlas a todo el departamento o a la universidad en general. Esto puede incluso ser la base para desarrollar un código de honor o un código de ética y conducta para la comunidad universitaria, abordando los diversos tipos de comportamiento dentro de un entorno universitario más amplio y diseñado para los diversos tipos de miembros de la comunidad en la universidad, incluidos estudiantes, profesores y personal administrativo. Una o un docente puede ser elegida/o o voluntaria/o para gestionar el proceso de implementación de las reglas básicas o el código. Sin embargo, este enfoque integral requiere recursos adicionales, así como el apoyo total de la alta dirección de la institución.

 

Los profesores como modelos éticos

Las acciones hablan más fuerte que las palabras. El comportamiento ético puede fomentar el aprendizaje ético entre los y las estudiantes con mayor eficacia que simplemente enseñar ética de forma aislada. "Cómo enseñas" es igualmente importante que "lo que enseñas", especialmente cuando se enseña integridad y ética. Las profesoras y los profesores, por la naturaleza misma de su trabajo, son un ejemplo para sus alumnas y alumnos e, idealmente, deberían servir como modelos de comportamiento ético dentro y fuera del aula. Aquellas personas que enseñan ética deben comprometerse especialmente a servir como modelos de conducta ética, ya que esto es fundamental para la credibilidad y la eficacia de sus cursos. En otras palabras, para crear un entorno favorable para la enseñanza sobre ética y valores, las profesoras y los profesores deben demostrar integridad y limitar el comportamiento poco ético en la práctica diaria en la universidad, incluida su conducta ética hacia sus estudiantes, sus colegas académicos y el personal administrativo (Hallak y Poisson, 2007).

Los profesores y las profesoras tienen muchas oportunidades para demostrar un comportamiento ético adecuado y, al hacerlo, se convierten en un modelo a seguir para sus alumnos/alumnas. Por ejemplo:

  • Comenzar las clases a tiempo y terminarlas a tiempo.
  • Tratar con las interrupciones y distracciones en clase de una manera apropiada.
  • Facilitar la discusión en clase de una manera que demuestre respeto por las diferentes opiniones.
  • No tomar ventaja de su relación profesional con las alumnas y los alumnos para obtener ganancias privadas.
  • Calificar de manera oportuna y ofrecer retroalimentación integral para ayudar a las alumnas y los alumnos a aprender y mejorar sus habilidades.
  • Responder correos electrónicos y otros mensajes con prontitud y respeto.
  • Realizar evaluaciones de tareas y pruebas de manera justa.
  • Demostrar empatía y comprensión a alumnas y alumnos que se encuentran en circunstancias difíciles.

Se puede encontrar un mapa de posibles malos comportamientos en el nivel de educación superior en la plataforma de recursos en línea ÉTICO. Para mejorar su propia conciencia y comportamiento ético, las profesoras y los profesores podrían organizar ciertas actividades para su propio beneficio. Por ejemplo: 

  • Al comienzo de cada año académico, la planta docente organiza un taller para preparar los temas mencionados anteriormente. Un enfoque innovador es pedir al alumnado que prepare y enseñe algunas secciones del taller. Esta inversión de roles lleva a un aprendizaje importante en ambos lados y actúa como un refuerzo de la moral en general.
  • Las profesoras y los profesores podrían crear un código de ética para ellos mismos/ellas mismas, si dicho código no existe en su institución. Dichos códigos pueden ser una herramienta muy útil para ayudar a regular el comportamiento del personal académico en relación con los y las estudiantes, otros profesores y profesoras, personal administrativo y miembros adicionales de la comunidad universitaria, siempre que se desarrollen de manera participativa (Poisson, 2009). Si tal código ya existe, pueden ayudar a establecer un comité que supervise la implementación del código.
  • Al comienzo de cada año académico y antes del período de examen, el decano o la decana o jefe/jefa de departamento podría dirigirse a los profesores y profesoras en un correo electrónico especial, citando las reglas básicas pertinentes y recordándoles su cumplimiento. También pueden referirse a códigos de ética si tales códigos existen para su institución.
 

Referencias y lecturas adicionales

  • Hallak, Jacques and Muriel Poisson (2007). Corrupt schools, corrupt universities: What can be done? Series: Ethics and corruption in education. Paris: UNESCO Press. (Escuelas corruptas, universidades corruptas: ¿Qué se puede hacer? Series: Ética y corrupción en la educación)
  • Hamilton, Neil W., Verna E. Monson and Jerome M. Organ (2012). Empirical Evidence that Legal Education Can Foster Student Professionalism/Professional Formation to Become an Effective Lawyer. University of St. Thomas Law Journal, vol. 10, pp. 48-62. (Evidencia empírica de que la educación legal puede fomentar el profesionalismo estudiantil / la formación profesional para convertirse en un abogado eficaz)
  • McKelvie-Sebileau, Pippa (2011). Patterns of development and use of codes of conduct for teachers in 24 countries . Series: Ethics and corruption in education. Paris: IIEP-UNESCO. (Patrones de desarrollo y uso de códigos de conducta para docentes en 24 países. Series: Ética y corrupción en la educación)
  • Poisson, Muriel (2009). Guidelines for the design and effective use of teacher codes of conduct . Series: Ethics and corruption in education. Paris: IIEP-UNESCO. (Pautas para el diseño y uso efectivo de códigos de conducta docentes. Series: Ética y corrupción en la educación)
  • Rice, Thomas H. Speedy and Hollie Webb (2017). The importance of Teaching Ethics (Revised). (La importancia de la enseñanza de la ética (revisada)).
  • Schlaefli, Andre, James R. Rest and Stephen J. Thoma (1985). Does Moral Education Improve Moral Judgment? A Meta-Analysis of Intervention Studies Using the Defining Issues Test. Review of Educational Research, vol. 55, p. 346. (¿Mejora la educación moral el juicio moral? Un meta-análisis de los estudios de intervención utilizando la prueba de definición de problemas)
  • Van Nuland, Shirley (2009). Teacher codes: learning from experience. Series: Ethics and corruption in education. Paris: IIEP-UNESCO. (Códigos del profesor: aprender de la experiencia. Series: Ética y corrupción en la educación)
 
Siguiente: Tercera sección - Resumen de los módulos y resultados de aprendizaje
Volver al inicio