Este módulo es un recurso para los catedráticos 

 

Cuestiones clave

 

El estudio de la diversidad, la tolerancia y el pluralismo, y especialmente de la manera en que se relacionan con la cultura, la raza, la nacionalidad, las creencias religiosas, el género, la discapacidad y la orientación sexual, es un campo clave de la educación ética ya que cuestiones como la discriminación, la tergiversación y el etnocentrismo están relacionadas con la equidad, la justicia, la identidad, la igualdad y otras inquietudes éticas. Estudiar la diversidad, la tolerancia y el pluralismo no solo profundiza nuestra capacidad de comprender los puntos de vista y contextos sociales de personas provenientes de antecedentes y enfoques de vida muy variados, sino que además, nos sensibiliza sobre la necesidad de evaluar críticamente nuestras premisas, los estereotipos sobre la "otredad" que recibimos a través de los medios masivos, del sesgo local, de la socialización y por experiencia propia. 

Como se señala en el Módulo 1 de la serie de módulos sobre integridad y ética E4J, el término ética se refiere al "el intento de comprender la naturaleza de los valores humanos, de cómo debemos vivir y de qué constituye una conducta correcta". La definición de ética que da el diccionario es "el estudio o la ciencia de la moral". La moral se define como "un sentido de lo que está bien y lo que está mal", y ser moral como "perteneciente o relacionado con los principios del bien y el mal, o de lo correcto e incorrecto". En el sentido más amplio, la ética es "una forma de vida". Sin embargo, a nivel profesional, la ética es un "modo de razonamiento moral" en profesiones específicas en las que suele ser declarada en códigos, políticas, mejores prácticas, directrices y documentos similares. Además, la ética es un término académico que describe una rama de la filosofía dedicada al razonamiento moral. Finalmente, en el sentido más común de la palabra, en muchas culturas, "ética" significa virtud y otros subconjuntos o sinónimos de ese término, como integridad, carácter y honestidad (Chambers, 1999). 

El término “diversidad” viene de la raíz castellana “diverso”, que simplemente significa un estado en el que existen diferencias. Cuando se habla de diversidad de culturas  normalmente se habla  de honrar a todas las razas, orientaciones sexuales, religiones, géneros, considerando a cada uno de ellos como un tono importante de un arcoíris. En épocas recientes, la diversidad ha asumido el significado adicional de ser una causa que defiende la igualdad y los derechos de todos estos grupos y que frecuentemente es vinculada con la inclusión, de modo que la frase "diversidad e inclusión" hace hincapié tanto en la importancia de las diferencias como en la necesidad de hacer que la gente de cualquier extracción se sienta importante e incluida. En sociología, que es el estudio de las sociedades humanas, la diversidad se refiere a la variedad de relaciones intergrupales en términos de raza, nacionalidad, etnia, género, orientación sexual y creencias religiosas. Los sociólogos suelen interesarse por los patrones de prejuicio y discriminación que exacerban las diferencias y las convierten en algo negativo, en lugar de positivo, en la condición humana.

Tolerancia significa reconocer las diferencias y la premisa de que se debe dar lugar a dichas diferencias en la sociedad. A lo largo de la historia, muchas sociedades han ejercido distintas formas de tolerancia. Por ejemplo, en los primeros imperios musulmanes se crearon espacios para que los cristianos y judíos vivieran entre ellos, con sus propios sistemas legales y órdenes sociales. La idea de la tolerancia como principio formal, sin embargo, proviene de la tradición liberal. El filósofo político inglés, John Locke (1632-1704), formuló la idea de la tolerancia en una serie de cartas que escribió a finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII. En estas cartas, Locke defiende la tolerancia de las diferencias en las creencias y prácticas religiosas, diferencias que fueron una de las causas de las guerras civiles británicas del siglo XVII. 

Por último, el pluralismo implica no simplemente aceptar a regañadientes las diferencias en un entorno social, sino reconocer que dichas diferencias mejoran el orden social. Un orden plural bien estructurado es aquel en que un grupo social variado de individuos viven juntos en harmonia, enriqueciendose mutuamente de esta manera. El pluralismo suele ser asociado con la democracia, ya que una condición de un sistema democrático es el que la diversidad en asuntos sociales y políticos hace que el sistema sea más legítimo y efectivo. Algunos sistemas democráticos permiten que el pluralismo opere directamente asegurándose de que los grupos de interés tengan acceso a los legisladores, para que sus distintos puntos de vista sean parte de un orden social y político exitoso. 

Otro término que puede usarse para referirse al pluralismo es aceptación. Al nivel más amplio, este concepto se refiere a estar en paz con las situaciones, los pueblos, las condiciones y las actitudes tal y como son. Sin embargo, en el contexto de la ética y la diversidad, aceptación significa la capacidad de acoger si no es que defender las diferencias en cualquier demografía humana, ya sea de edad, estilo de vida, género, orientación, raza, capacidad, religión y otras categorías. En algunos contextos, el término "aceptación" puede también referirse a "rendirse" o "ceder" ante un poder superior o ante un modo de vida particular y sus reglas. 

A lo largo de la historia distintas tradiciones éticas y religiosas han tratado de amalgamar las diferencias que existen en sus sociedades. Los sistemas imperiales que conquistaron y luego trataron de amalgamar creencias religiosas diferentes son algunas de las primeras demostraciones de cómo lidiar con la pluralidad de creencias y prácticas. Uno de los mejores ejemplos proviene del antiguo Imperio Persa gobernado por Ciro el Grande (600 - 530 A.C.). Ciro gobernó un enorme imperio a lo largo del Medio Oriente y Asia Central. Cuando llegó al poder, Ciro permitió que los pueblos conquistados regresaran a su patria y, algo que resulta más radical para su época y la nuestra, contribuyó a la reconstrucción de los monumentos religiosos destruidos. Es bien conocido que las escrituras hebreas identifican a Ciro como una figura mesiánica por su papel en la reconstrucción del templo de Jerusalén. 

La reputación de Ciro como defensor del pluralismo se reforzó aún más con el descubrimiento del Cilindro de Ciro. Este pequeño objeto redondo tiene escritos en babilonio antiguo que describen la conquista del Imperio Babilónico por parte de Ciro y su decisión de permitir e incluso alentar una diversidad de grupos religiosos y étnicos en todo el imperio. El cilindro, descubierto a fines del siglo XIX, se conserva en el British Museum. En los últimos años se habla de él como uno de los primeros documentos sobre derechos humanos. Como dijo el director del British Museum, Neil MacGregor, esto no es del todo exacto. El documento no menciona en absoluto los derechos individuales, y en el mundo antiguo el concepto de los derechos de individuos rara vez figura (2013). 

Es mejor entender el Cilindro de Ciro como uno de los primeros intentos de lidiar con la diversidad étnica y religiosa. No solo ofrece un ejemplo de tolerancia, sino también de pluralismo. Ciro no solo permitió que los grupos vivieran en paz, sino que los alentó a reconstruir sus templos. No sabemos exactamente por qué lo hizo, ya que la evidencia que tenemos de su contexto histórico es limitada. Pero sus acciones, representadas tanto en las escrituras hebreas como en el Cilindro de Ciro, sugieren que él defendía una forma temprana de pluralismo. 

Cómo debe responder la sociedad a la diversidad ha sido por mucho tiempo un desafío ético. Juzgando por la evidencia que tenemos, Ciro pudo abordarlo de manera creativa, pero no todas las sociedades han logrado hacerlo de forma pacífica. Por ejemplo, en el siglo XVII estalló una guerra civil en Gran Bretaña como resultado de la diversidad religiosa (entre otras cosas). En 1534, el rey Enrique VIII de Gran Bretaña firmó el Acta de Supremacía, que lo declaro el Jefe Supremo de la Iglesia Anglicana. Con este acto eliminó la autoridad religiosa del papado Romano, lo que condujo a la creación de la Iglesia Protestante de Inglaterra. Las razones de esta ruptura son complicadas, e incluyen el hecho de que Enrique VIII quería divorciarse de su esposa, algo que estaba prohibido por la Iglesia Catolica. Independientemente de las razones, esta ruptura de la iglesia cristiana unificada en Gran Bretaña provocó una serie de conflictos por los siguientes 150 años, que culminaron en violentas guerras civiles. La guerra enfrentó a los católicos que todavía creían en la autoridad del Papa contra los protestantes que creían que el monarca de Gran Bretaña debía tener autoridad sobre los cristianos. Estos desacuerdos no solo se trataban de quién estaba a cargo de la iglesia. También eran sobre asuntos específicos del rito y la oración, como qué libro de plegarias era el que se debía usar y qué ropa debían usar los sacerdotes y ministros. Por lo tanto, la violencia de la guerra civil en gran medida se debió a la falta de aceptación de la diversidad de creencias y prácticas religiosas. 

Un influyente filósofo que se mencionó anteriormente y que vivió durante este período fue John Locke. Locke estudió para ser médico. Fue famoso en su época por escribir sobre las percepciones sensoriales, que amalgamaban su conocimiento médico con ideas filosóficas sobre la percepción, la memoria y el lenguaje. Pero actualmente es más recordado por sus escritos políticos. Su libro Segundo tratado sobre el gobierno civil, que apareció en 1691, influyó en los revolucionarios franceses y estadounidenses, ya que sostenía que todos los pueblos tenían derecho a oponerse a un gobierno injusto y debían tener el derecho de crear su propio gobierno. 

También escribió una serie de cartas que actualmente son conocidas como Cartas sobre la tolerancia. En la más famosa, que fue publicada en 1689, Locke argumenta que el estado no debe involucrarse en asuntos religiosos, que estos deben dejarse a la conciencia individual; es decir, argumenta que la sociedad debe tolerar la diversidad religiosa para ser más pacífica. Locke sostuvo que si algunos grupos recurren a la violencia contra otros para crear nuevas creencias, esas creencias no serán reales; que aquel a quien se obliga a creer en algo realmente no cree en eso. Así que, en cuestiones de religión, la violencia nunca logrará convertir a los demás. 

Los conflictos que tuvieron lugar en su época no eran solo entre católicos y protestantes, sino también entre distintas sectas del protestantismo. Irónicamente, Locke no permite la tolerancia entre todos los grupos; él dice que aquellos que no crean en ningún dios no deben ser aceptados en la sociedad. También dice en la carta que los católicos solo renunciando a algunas de sus creencias más extremas podrían ser parte de la sociedad. Así que, incluso en una carta sobre la tolerancia, quizá Locke no es tan tolerante como pensamos que debería haber sido. (Uzgalis, 2017). 

Algunas personas han argumentado que Locke no solo defiende la tolerancia sino que aboga por el pluralismo. Es decir, que sugiere que una sociedad que tenga una diversidad de grupos religiosos será una mejor sociedad, porque todas las personas serán felices. Sin embargo, esto no se encuentra plenamente desarrollado en el pensamiento de Locke, y la mayoría de la gente considera su trabajo como una defensa de la tolerancia, un reconocimiento más limitado de la diversidad y no la aceptación total de pueblos y grupos diversos. Locke ha sido un pensador importante para los liberales de todo el mundo, especialmente con respecto al tema de la tolerancia. Pero, por supuesto, no toda la gente está de acuerdo con él.  

Los problemas que enfrentaron líderes como Ciro y filósofos como Locke giraban en gran medida en torno a la diversidad en las creencias religiosas. Hubo otros problemas de diversidad que surgieron en el siglo XVIII y XIX, en torno a la raza, el origen étnico y el nacionalismo. Hubo versiones de estas ideas antes de este período, pero fue el surgimiento del estado nación y el desarrollo de teorías científicas sobre la raza y del desarrollo que se convirtieron en problemas de diversidad. Si bien las teorías científicas que se enfocaban en la raza han quedado ampliamente desacreditadas, especialmente porque fueron utilizadas para justificar prácticas de esclavitud, la raza sigue siendo una categoría que los individuos usan para distinguirse. 

En el siglo XX y el XXI, las identidades en torno al género y la orientación sexual se han vuelto más prominentes como categorías de la diversidad. La categoría de género es ciertamente una de las más antiguas, y las diferencias entre los hombres y las mujeres han dado forma a gran parte de la historia. Fue hasta el surgimiento del pensamiento feminista, en parte durante la Ilustración, pero que se desarrolló más a fondo en el siglo XX, que las distinciones de género se convirtieron en cuestiones políticas en torno a las cuales se han desarrollado teorías de la diversidad. En nuestra era, en algunos contextos el género se ha convertido en una idea más fluida, y se propone que la gente debería poder cambiar de género, ya sea médicamente o tan solo a través de cambios de conducta. La orientación sexual también se ha convertido en una forma de identidad politizada, lo cual ha impulsado esfuerzos para proteger los derechos de las personas homosexuales, lesbianas y bisexuales. La Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha desarrollado un programa en apoyo de la diversidad, la tolerancia y el pluralismo en esta área. En esta serie de módulos E4J, el Módulo 9 en esta área. En esta serie de módulos E4J, el módulo 9 (Dimensiones de género de la ética) analiza las teorías éticas feministas que responden a la discriminación por género contra las mujeres y que buscan mejorar la diversidad e igualdad de género. 

Como es evidente, existe una gama de identidades distintas que pueden crear una sociedad diversa. Estas identidades pueden ser las que elegimos libremente (creencias religiosas) o aquellas con las que nacemos (raza, género, origen étnico). No siempre está claro cuáles son las identidades que elegimos y con cuáles nacemos. Una pregunta ética a considerar sería si realmente importa si nacimos con una identidad o si la elegimos. Por ejemplo, la orientación sexual era una de las que algunas personas creían que era una elección. En el siglo XX surgieron argumentos médicos que decían que es una identidad con la que nacemos. Nuevos procedimientos médicos le permiten a la gente elegir su género. En cualquier evaluación ética, la cuestión de la elección es crucial, aunque deberíamos considerar si una identidad elegida es menos válida que una identidad con la que nacemos, y si debería importar en la forma en que nos tratamos unos a otros. 

Un término que ha surgido en años recientes y que destaca las distintas partes de nuestra identidad es la interseccionalidad. Este término se refiere a la naturaleza interconectada de identidades sociales como la raza, el género, la clase y la orientación sexual, que pueden definir a una persona o un grupo. Fue introducido por una académica jurídica, Kimberle Crenshaw, en un análisis sobre las formas legales de discriminación (1991). El término es útil porque nos permite ver que aunque podemos destacar una parte de la identidad de una persona, incluso de manera positiva, ello podría invisibilizar otras partes de su identidad. A Crenshaw le interesaba la manera en que los activistas por los derechos de las mujeres no siempre tomaban en cuenta las cuestiones de raza, ya que la experiencia de una mujer negra al ser discriminada, por ejemplo, podría ser muy diferente a la de una mujer blanca. 

La vida de Bayrd Rustin (1912-1987), activista estadounidense de los derechos civiles, ofrece un ejemplo de los desafíos de la interseccionalidad. Rustin nació en Pennsylvania en el seno de una familia cuaquera. Como afroamericano, se involucró desde pequeño en esfuerzos para acabar con la discriminación en los Estados Unidos. También se enfocó en la explotación económica no solo de los negros, sino de todas las personas, y se unió brevemente al Partido Comunista Americano. También era homosexual, lo cual significaba que no podía actuar como imagen pública del movimiento por los derechos civiles, aunque trabajó activamente con muchos de los líderes del tema. Rustin luchó no solo por los derechos civiles de los estadounidenses negros, sino también por los derechos de los homosexuales y los derechos de aquellos que pertenecen a las clases más bajas. La combinación de estas identidades desafió a muchas personas del movimiento por los derechos estadounidenses, que creían que su orientación sexual iba a distraer la causa de los derechos civiles, pero Rustin argumentó que estas identidades se tienen que ver como algo interconectado y que se debe adoptar la diversidad que generan. 

Ciro fue un líder individual que se enfrentó a un desafío ético: ¿Cómo puedo gobernar un imperio diverso que alberga una amplia gama de sistemas de creencias? Locke utilizó su posición como intelectual para convencer a los líderes de su época de cómo actuar. Y Rustin asesoró a muchos líderes del movimiento por los derechos civiles en los Estados Unidos. Estas decisiones son tomadas por líderes de todo el mundo, pero también por nosotros en nuestra vida cotidiana. Este módulo enfatiza la importancia de la diversidad. Los alumnos se encontrarán con dilemas éticos relacionados con la diversidad leyendo crónicas personales sobre los desafíos históricos reales a los que se enfrentan líderes como Ciro y los modelos morales a seguir. Los fragmentos de videos refuerzan estos casos de estudio y desafíos. Los alumnos también analizarán cómo habrían manejado ellos desafíos similares, y así les serán presentados problemas teóricos y prácticos relacionados con la diversidad. La participación personal, las proyecciones y las mini conferencias serán complementadas con tareas de reflexión. 

Este módulo retoma las definiciones  de ética e integridad del Módulo 1 (Integridad y ética: Introducción y Marco Conceptual) de esta serie de módulos E4J, y la discusión sobre la toma de decisiones éticas y sobre cómo lidiar con dilemas éticos que se vio en ese módulo.

 

Referencias

 
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