Este módulo es un recurso para los catedráticos 

 

Operaciones encubiertas

 

Las operaciones encubiertas son la tercera herramienta especial de investigación que se incluye en la Convención contra la Delincuencia Organizada. Ocurren cuando los investigadores infiltran las redes delictivas o se hacen pasar por delincuentes para descubrir una actividad delictiva organizada. Estas operaciones suceden en muchos países con diferentes tipos de supervisión. Los problemas más grandes que enfrentan las jurisdicciones se mencionan a continuación:

  • ¿En qué tipos de casos y en qué formato se permiten las operaciones encubiertas?
  • ¿Existen límites con respecto al tipo de operaciones encubiertas que se permiten?
  • ¿Cuáles son las condiciones previas para llevar a cabo las operaciones encubiertas?
  • ¿Se necesita autorización de una fuente judicial u otra fuente independiente?
  • ¿Existen directrices para el uso apropiado de oficiales encubiertos?

En la mayoría de las jurisdicciones, los oficiales encubiertos no tienen permitido incentivar a los sospechosos a cometer delitos que no cometerían normalmente, ni como un agente provocador o a través de trampas (es decir, en una situación en la que un agente u oficial haya originado la idea del delito o inducido al acusado a involucrarse en este, en algunas jurisdicciones, este hecho se usa como defensa ante los cargos penales). Su papel por lo general es llegar a pertenecer a una empresa delictiva existente. Las jurisdicciones varían en la naturaleza de las restricciones que imponen a las operaciones encubiertas. La mayoría se enfoca únicamente en prohibir que los agentes encubiertos brinden oportunidades para cometer delitos y que ellos mismos los cometan.

Las investigaciones encubiertas se utilizan menos de lo que se cree debido a que el tiempo que se requiere para obtener acceso a las organizaciones delictivas es largo y al riesgo que corre el oficial encubierto si se descubre su identidad (Kowalczyk y Sharps, 2017; Schmidt, 2009). No obstante, los agentes encubiertos han desarrollado muchos casos significativos en los que han logrado mantener su identidad encubierta y que han resultado en numerosas condenas (Cowan y Century, 2003; Garcia y Levin, 2009; Pistone, 1989; Wansley con Stowers, 1989).

Los peligros de las operaciones encubiertas

El peligro de ser un agente encubierto es evidente, ya que son los últimos en saber que se descubrió su identidad, lo que dificulta prever que sufran una lesión seria o la muerte. En la ciudad de Nueva York, se asignó a casi 200 oficiales encubiertos (dos tercios de toda la fuerza de agentes encubiertos de Nueva York) funciones menos peligrosas luego del asesinato de dos detectives encubiertos y de quejas con respecto al peligro que los agentes encubiertos pueden experimentar, los equipos obsoletos y los refuerzos inadecuados para ellos en operaciones encubiertas. Esto demuestra que el peligro para los oficiales encubiertos radica en su estado incierto desde el punto de vista tanto de los delincuentes como de otros policías (McPhee, 2003; Schmidt, 2009).

Uno de los riesgos que resaltó un estudio sobre este tema es que los agentes seleccionados para asignaciones encubiertas tienden a ser nuevos reclutas y oficiales no experimentados, y que la supervisión de estos agentes en el campo puede no ser adecuada. Las entrevistas con agentes encubiertos muestran que a veces están expuestos a un gran peligro si no tienen una preparación o instrucciones adecuadas. La efectividad y las consecuencias de las operaciones encubiertas requieren una evaluación sistemática. De esta forma, los costos de las operaciones encubiertas (en otras palabras, el tiempo invertido, el riesgo de los oficiales y el costo económico) pueden compararse con su impacto en las operaciones de la delincuencia organizada (Love, Vinson, Tolsma, Kaufmann, 2008; Marx, 1982; Miller, 1987).

Las operaciones secretas son operaciones engañosas de las fuerzas del orden diseñadas para atrapar a una persona en el momento en que comete un delito. Estas involucran más oficiales y son, en general, investigaciones a largo plazo y costosas. Involucran «frentes» engañosos para las actividades delictivas, tales como un comerciante de propiedad robada, un comerciante de armas o una persona que lava dinero, diseñados para atrapar a quienes cometen delitos. Usualmente, las operaciones secretan se diseñan para infiltrar mercados delictivos, pero requieren múltiples oficiales encubiertos durante un período de tiempo largo. Una operación secreta exitosa puede desmantelar un mercado delictivo por completo.

 
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